JUAN PLATA

CÓRDOBA. La plaza de toros de Los Califas acogió ayer la novillada que entraba dentro del abono de la Feria de Mayo, con motivo de la festividad de la Fuensanta.

Con menos de un cuarto de entrada se lidiaron cuatro novillos de Luis Francisco Cardeira, procedencia de Hermanos Sampedro, uno de la dehesa de Guadarrama y otro de Corbacho Grande, que resultaron mansos y descastados, para Joselito Villalba, de grana y oro, Oliver Godoy, de verde bandera y oro, e Ignacio González de rosa y oro. Desde el principio pintó mal la cosa: las taquillas medio vacías todo el día y poco ambiente de toros por Córdoba. Y no mejoró. La tarde fue un aburrimiento. Abría cartel Joselito Villalba, joven con bastante oficio, que se vio las caras con dos novillos de similares características donde había que estar muy por encima de ellos pero ni por ésas consiguió el lucimiento esperado. Sus dos labores fueron premiadas con saludos y silencio.

Vuelta al ruedo de Godoy

Oliver Godoy, mejicano que topó con un primer novillo manejable que se apagó pronto, lo intentó y lo probó por ambos lados pero el animal se vino abajo rápido. Puso mucha voluntad y entrega por lo que recibió saludos. Su segundo astado era un animal muy parado donde Oliver tuvo que exponer y tragar mucho. Eso provocó que en algunas ocasiones hiciera vibrar al poco público que asistió al Coso de Los Califas. Lo mató de una estocada perpendicular y consiguió una vuelta al ruedo.

El cordobés Ignacio González estuvo toda la tarde muy decidido, sobre todo toreando de capote. Se llevó el peor lote de la tarde. Su primero fue devuelto por inválido y sustituido por otro de Corbacho Grande, que exigía mucho y ahí estuvo Ignacio. Tal fue así que hizo sonar el único pasodoble de la tarde. Muchas ganas las que tiene por ser torero pero no había material en la plaza, aunque obtuvo silencio en los dos novillos de su lote.