Otra cara marcha atrás
La realidad ha vuelto a dejar de manifiesto que las promesas en algunos proyectos del Gobierno PSOE-IU se las lleva el viento y que éste trae cambios tan sustanciales a las ideas originales que, al final, además del impacto visual suponen un mayor gasto para los contribuyentes sevillanos.
Cuando allá por el año 2005 el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín presentó su proyecto de tranvía —que entonces iba a llegar a La Campana— se aseguraba que al que ya llamaban «Metrocentro» pasaría por la Avenida sin catenarias. De hecho en la presentación que se hizo del proyecto, en un acto celebrado en el Ayuntamiento, y al que asistieron tanto el alcalde como la entonces consejera de Obras Públicas, Concepción Gutiérrez, en octubre de 2005 se dijo quejunto a la Catedral discurriría con catenarias sólo durante los dos primeros años y luego los trenes circularían con baterias. Entonces el coste del proyecto se estimaba en poco menos de sesenta millones de euros.
Ya en el año 2006 se supo que en total en la Avenida se instalarían hasta 23 postes como soporte de esas catenarias, de ellas siete junto a la Catedral, que habría que retirar para no afectar a la Carrera Oficial de la Semana Santa. El coste de esta operación de montaje y desmontaje se estimó en 160.000 euros; en principio sólo habría que desmontarlas un año.
La polémica en torno al impacto visual que provocaban estos postes hizo que a principios de este año el Gobierno municipal decidiera sustituir los soportes de las catenarias, esos postes negros por unas farolas fernándinas algo más altas que las habituales que se adecuaban más al entorno. La operación costó 700.000 euros más, aunque desde el Ayuntamiento se minimizó esa inversión asegurando que los postes que se quitaban se reutilizarán en la prolongación del tranvía.
En principio, las nuevas farolas no tendrían que impedir el paso de las cofradías pero la permanencia de los cables y el hecho de que su instalación puede provocar una pérdida de sillas en la Carrera Oficial hace pensar que podría ser necesario su retirada cada año. Si ese proceso se estima cuesta 160.000 euros y la ampliación del tranvía parece ser la única posibilidad de conseguir eliminarlas en el tramo junto a la Catedral, lo que no llegará al menos hasta 2011, eso supone que la operación costará al Ayuntamiento entre 320.000 euros (si se produce antes de la Semana Santa de 2011) o 480.000 si se hace realidad despues.
A esa cantidad hay que sumar el coste del alquiler de las unidades móviles, que recordemos cuesta a Tussam, es decir a todos los sevillanos, 37.500 euros al mes. Estaba previsto que el alquiler terminara el 30 de septiembre de este año, si se prolonga hasta el año 2011, el coste rondaría 1,3 millones de euros (430.000 euros por año). Y eso si CAF mantiene los precios actuales y no se les aplica ni la subida del IPC y el tiempo de espera a la nueva tecnología no se prolonga.
Es decir al final el coste de un tranvía cuyo presupuesto superó los ochenta millones de euros se incrementaría en casi dos millones más.
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