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Andaluces, no enfermad

EL presidente Manuel Chaves, al paso que va la crisis, que ha afectado incluso al presupuesto para atenciones sanitarias, que todos conocemos a un médico o a un enfermero al que no le han renovado el contrato o tiene sobre sí la espada de una fecha para largarlo, don Manuel Chaves, repito, va a tener que ingeniárselas no sé cómo, aunque muchos de nosotros podríamos darle ideas, pero no ideas vagas, no, ideas con dinero dentro, ideas para que sepa dónde hay que recortar. Hemos sabido que podemos vernos en una atención sanitaria o desatendida o escasamente atendida, y todo, claro, porque no hay dinero. Bien. Este problema, del que podríamos hacernos cargo en el caso de tener una administración autonómica que emplea los euros justo en el sitio donde más falta hace, nos rebela. Y nos rebela por lo que una tendera de la tribu le decía a un paisano que le tenía un trampón de mil demonios de comprar víveres diariamente y no pagar ni muerto, y cuando el deudor le dijo que estaba la cosa muy achuchada, le dijo: «Hijo, pues si no te gastaras la paga comprando caprichitos y tonterías que no te hacen falta, viajando cuando no debes y estando a la última en todo, pues podrías pagar. Pero es que, hijo, la comida, que es lo primero, es lo último que pagas, si es que me vas a pagar alguna vez».

Hombre, si no supiéramos que don Manuel Chaves ha autorizado gastos de obras para sedes de algunos de su Gobierno y en su fortaleza del Palacio de San Telmo, y que esas obras, con un gasto inicial previsto sobre treinta y tantos millones de euros -que ya sería para ponerse las manos en la cabeza-, se han ido al final por encima de los cuarenta y ocho millones de euros... Sí, haga la cuenta y le saldrán más de ocho mil millones de pesetas. Y con la misma mano que se firman esas obras se despide a cientos de contratados o no se les renueva. Eso sin salirnos de las obras, que después entramos en celebraciones y se va otro pico, y sumen los millones de euros que nos cuesta a los andaluces «La nuestra», esa televisión tan suya... y con algunos programas tan vergonzosos. Y la trampa, donde más lo necesitamos, en la atención sanitaria. Pues con la salud no se juega, presidente. Y no vale que haga lo que aquel alcalde de un pueblo de Granada, que al ver que sólo tenía servicio médico de lunes a viernes, lanzó un bando en el que les pedía a los vecinos que no enfermaran durante el fin de semana. Nada, cambie la letra del himno andaluz y que diga «Andaluces, no enfermad...»

Ya ven en lo que quedan algunas promesas electorales que se lanzan como quien lava y no enjuaga. Don Manuel Chaves prometió que en los hospitales andaluces sólo habría un enfermo por habitación, y de ahí podemos acabar en que no haya personal sanitario bastante para los enfermos. Y encima tienen el descaro de seguir hablando de Modernidades...

gbarbeito@telefonica.net

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