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Benedicto XVI nombra a monseñor Asenjo arzobispo coadjutor de la Archidiócesis

Benedicto XVI nombra a monseñor Asenjo arzobispo coadjutor de la Archidiócesis

El hasta ahora obispo de Córdoba, monseñor Juan José Asenjo, ha sido nombrado por el Papa Benedicto XVI como nuevo arzobispo coadjutor de Sevilla, aunque continuará en la Diócesis cordobesa como administrador apostólico por un tiempo aún por determinar, y tomará posesión de su nueva responsabilidad el sábado 17 de enero de 2009 en la Catedral de Sevilla.

Con su nombramiento se despejan dudas sobre el porvenir del cardenal Carlos Amigo Vallejo como pastor titular de la Iglesia de Sevilla, dado que el 23 de agosto del próximo año cumple los 75 años preceptivos para que presente su renuncia ante Su Santidad por razones de edad, como es obligatorio entre todos los sacerdotes.

Ayer fue el propio monseñor Asenjo quien en rueda de prensa en Córdoba anunció su nombramiento, del que recibió comunicación en una carta firmada por el Nuncio Apostólico de España, monseñor Monteiro de Castro, fechada el 4 de noviembre, en la que se le comunicaba que el Santo Padre había aceptado la solicitud de fray Carlos Amigo de que se le concediera un coadjutor. El elegido, monseñor Asenjo Pelegrina, era felicitado en la misma misiva «por la confianza que le ha dispensado el Santo Padre», a la vez que recibía el «deseo de largo y fecundo ministerio episcopal en la Archidiócesis de Sevilla».

Preces especiales

A su vez, el cardenal Amigo Vallejo firmaba ayer un comunicado en los extremos descritos, agradeciendo al Santo Padre la concesión, y rogando a «párrocos, rectores de templos y capellanía que, en las celebraciones del próximo domingo, se hagan preces especiales de gratitud al Santo Padre».

Hubo ayer revuelo en muchos sectores de la Iglesia sevillana, en las Hermandades y Cofradías y en el propio pueblo llano al conocer la noticia y el vicario general de la Archidiócesis, Francisco Ortiz, descartó que la designación de monseñor Asenjo se deba a «motivos de salud» de fray Carlos Amigo, pues el nombramiento responde al deseo del cardenal de «preparar con tiempo la transición».

«Mucha alegría»

El vicario, en declaraciones a E.P., aseguró que el nombramiento ha despertado «mucha alegría» en la institución, porque ante el futuro relevo del cardenal «es bueno que una persona se vaya preparando» para gobernar la Archidiócesis y «vaya conociendo su envergadura». También aclaró Francisco Ortiz que, una vez que monseñor Asenjo se incorpore el 17 de enero «trabajará aquí y tendrá su residencia habitual en el Palacio Arzobispal, donde llevará el gobierno de la Archidiócesis junto a Amigo Vallejo».

En cualquier caso, Ortiz quiso dejar claro que «la elección concreta de Juan José Asenjo no responde a una propuesta del cardenal arzobispo de Sevilla», sino a una decisión del Santo Padre «en función de los requisitos idóneos».

Por su parte, monseñor Asenjo en su comparecencia en Córdoba declaraba que «no es una empresa fácil la que tengo por delante» en referencia en su próxima venida a Sevilla. «A los sevillanos —dijo—tengo que confesarles que no tengo otro tesoro que entregarlos a Jesucristo».

Saludo a Sevilla

Al hilo de su nombramiento, monseñor Asenjo hizo público un «Saludo del arzobispo coadjutor electo a la Archidiócesis de Sevilla», dividido en diez puntos, con un guiño por la elección del día, festividad de San Leandro, que fuera arzobispo de Sevilla.

En su saludo, el nuevo coadjutor afirma que en las últimas semanas ha «rezado mucho por la Archidiócesis de Sevilla. Al mismo tiempo, he procurado conocer su geografía y su historia venerable. Me admira especialmente el número y calidad de sus santos». Asenjo, en su comunicado, se dirige a todos los sectores y estamentos de la sociedad sevillana y ofrece su «humilde y leal colaboración en su servicio al bien común» a las autoridades civiles, militares, judiciales y universitarias de Andalucía; al Colegio de Consultores, del Consejo del Presbiterio y del cabildo Metropolitano, «primeros destinatarios de mi solicitud pastoral», a los seminaristas, a religiosos y religiosas, a fieles laicos, ancianos y niños, adultos, jóvenes, e incluyo a creyentes de otras religiones y a los no creyentes.

Mártires y santos

En el último punto de la misiva, monseñor Asenjo, con talante de proximidad hacia su nuevo destino, se encomienda a los mártires y santos sevillanos, de las Santas Justa y Rufina a Santa Ángela de la Cruz y el Beato Marcelo Spínola pasando por San Leandro, San Isidoro y San Fernando.

No olvida el obispo coadjutor al Arcángel San Rafael, custodio de la ciudad de Córdoba, ni a San Juan de Ávila. Y concluye poniendo sus «ilusiones pastorales y el ministerio que el Santo Padre me confía en las manos maternales de la Virgen de los Reyes y de tantas advocaciones entrañables como los sevillanos veneráis en santuarios y ermitas a lo largo de toda la geografía diocesana».

Se despide monseñor Asenjo con el deseo de que Sevilla sea «una comunidad diocesana viva, fervorosa, unida, fraterna y evangelizadora».

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