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El cambio climático será imposible de frenar con el actual modelo de transporte urbano

El cambio climático será imposible de frenar con el actual modelo de transporte urbano

«No nos podemos conformar con el modelo de transporte urbano que tenemos en las grandes ciudades», asegura en declaraciones a ABC la directora general de Cambio Climático y Medio Ambiente Urbano de la Junta, María José Asensio. Es un modelo que incide negativamente en la contaminación urbana, en el ruido, en la ocupación de espacio y, fundamentalmente, tiene mucho que decir en la lucha contra el cambio climático. De hecho, el éxito o el fracaso de esa empresa depende en gran medida de si en Andalucía se pueden o no reducir las emisiones de CO2 de los tubos de escape de los vehículos.

Para frenar este fenómeno, además de contar con un nutrido panel de expertos que tienen como principal cometido el asesoramiento, la mayoría de ellos profesores universitarios e investigadores, la Junta, a través de todos sus departamentos, dispuso el pasado año de 750 millones de euros. «Y probablemente para el presente la inversión serán aún más importante», enfatiza María José Asensio.

En estos días, su equipo de técnicos está «haciendo las cuentas» de las emisiones que se han evitado con la aplicación de más de la mitad de las 140 medidas que las diferentes consejerías impulsaron en ya pasado 2008.

Explica María José Asensio que los compromisos que la comunidad internacional asume periódicamente para la lucha contra el cambio climático tienen un ámbito nacional, de forma que los gobiernos están obligados a que en sus respectivos países se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. De cara a 2020, la UE se ha comprometido a reducir en un 20 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990.

Industriales y difusas

Fundamentalmente existen dos clases de emisiones. Por un lado están las provocadas por las industrias (50 por ciento del total) y, por otro, las restantes, que se engloban bajo la denominación de difusas.

Andalucía coopera con el Estado español con un plan específico, y si bien el apartado industrial es objeto de una vigilancia extraordinaria, existen dificultades para controlar la contaminación difusa, fundamentalmente la que genera el transporte. Éste es el principal caballo de batalla de la directora general de Cambio Climático y Medio Ambiente Urbano, María José Asensio.

La Comunidad andaluza cuenta con 197 industrias susceptibles de emitir gases de efecto invernadero, que están permanentemente fiscalizadas por la Consejería de Medio Ambiente. El resto de la contaminación, la difusa, tiene su principal punto de referencia en el transporte urbano, ya que más de la mitad de la contaminación difusa se origina en él, aunque a menor escala existen otros focos de emisión, «vinculados a la vida cotidiana de las personas», como la calefacción y el aire acondicionado, o a sectores como el de la agricultura o el de los vertederos.

Según María José Asensio, esencialmente es el transporte, dada su relevancia en lo que son las emisiones difusas, «donde los andaluces podemos atacar» para que el fiel de la balanza en la lucha contra el grave problema del cambio climático se incline hacia el lado del éxito y no al del fracaso.

En este sentido, los planes de movilidad en las grandes ciudades, el uso de vehículos con combustible «verde», la utilización del transporte público colectivo como alternativa al coche particular, la implantación de carriles-bici son, entre otros, factores determinantes para combatir el fenómeno.

Y al respecto, la directora general resalta que «los ayuntamientos, la política local en materia de cambio climático es absolutamente básica».

Las administraciones, declara, no pueden eludir su responsabilidad, «pero la solución también está en las manos de los ciudadanos. Es esencial que la gente sepa que puede hacer cosas, y es muy importante que las haga. Y las podrá hacer si tiene los medios a su alcance», afirma.

«El mensaje del cambio climático no es fácil de transmitir», admite Asensio, «y a veces se magnifica. La realidad es que está teniendo ya consecuencias, y si no se hace nada serán muy importantes».

Asegura la directora general que Andalucía «es pionera» en la adopción de medidas para combatir este fenómeno. «Y se nos debe calentar la boca diciéndolo. Es una Comunidad que tiene su estrategia, que impulsó en 2002, y cuenta con su propio Plan de Acción contra el Clima que se ejecuta desde hace un año».

Anticipación

La filosofía, explica María José Asensio, es «clarísima y lo que persigue es anticiparnos. Lo esencial es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La primera fase es la mitigación. La segunda es la adaptación a las circunstancias. Y la tercera aborda la comunicación».

Para conseguir esa mitigación se han puesto en marcha 140 medidas, que en un gran porcentaje ya se están desarrollando, y el interés a corto plazo de la Consejería de Medio Ambiente es intensificar la faceta de trasladar a los ciudadanos el alcance de la problemática del cambio climático y cómo pueden colaborar para frenar sus consecuencias.

«En este 2009 va a ser básico trasladar al ciudadano lo que puede hacer, que es mucho. Al plan de comunicación —dice— hay que darle mucho más impulso, porque no es bueno que la gente tenga miedo de lo que está pasando, pero sí es necesario que tenga un conocimiento de ello».

Una vez que está en marcha el plan de mitigación, y existe la voluntad firme de subrayar el apartado de la comunicación, la directora general no se olvida de la tercera faceta del Plan de Acción contra el Clima: la adaptación, para lo que ya existe un borrador.

La idea es hacer «un diagnóstico más localizado en el territorio andaluz, centrándose en los diferentes sectores que pueden resultar más afectados. Conocido el problema, se hace una propuesta de acción».

Por último, Asensio, indica que la crisis influye en el cambio climático. «Por una parte se dice que estamos peor, hay menos producción, aunque también se contamina menos. Pero crisis significa también oportunidad. Si nuestro sistema productivo está entrando en una crisis, es obligado hacer cambios, y procurando que sean en la buena dirección para que se conviertan en una inversión de futuro».

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