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«Siento como si me enviaran a la guerra sin armas»

Eulalia Blat Peris _ Juez de Violencia sobre la Mujer 1 de Sevilla. Esta magistrada se ha rebelado, al igual que otros compañeros, por la falta de funcionarios que tiene su departamento para poder atender los más de 2.000 nuevos asuntos judiciales que cada año recibe

Eulalia Blat Peris se lamenta amargamente de la decisión de la Junta de retirarle un trabajador de refuerzo de la plantilla. «¡Con el trabajo que costó que lo pusieran en 2008¡», comenta esta jueza, quien asegura que el aumento de plantilla está más que justificado teniendo en cuenta que el órgano judicial que dirige recibió el pasado año 2000 nuevos asuntos, cuando el módulo recomendado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) es de 1.200.

«En julio de 2008 el CGPJ nos inspeccionó y realizó un informe sobre este juzgado, el más antiguo de los de Violencia sobre la Mujer en Sevilla y el más cargado de trabajo. Recomendó mantener un año más el refuerzo de personal y que se valorara al final del citado período si la situación había cambiado. En lugar de eso, la Junta -critica Blat- nos comunica de un día para otro que nos lo retira. El día 27 nos lo dijo y el 1 de marzo ese trabajador ya no vino. Si te avisan con antelación por lo menos tienes derecho de queja o pataleta, pero así es imposible».

A su juicio, «la Junta de Andalucía no sabe las necesidades que tiene el Juzgado de Violencia, no tiene ni idea de la pelota que se ha formado aquí. Nadie de la Junta nos ha preguntado qué problemas tenemos antes de quitarnos un refuerzo», añadió. «La persona que se ha ido conocía bien los asuntos de procedimiento y ahora he tenido que redistribuir la carga entre distintos funcionarios, quienes a su vez están sobrecargados de trabajo. Ahora me tengo que poner al día con el resto de funcionarios sobre esos asuntos y no creo que esa sea mi función. Todo eso provocará una mayor ralentización en la tramitación de asuntos. No tengo bastantes funcionarios y si me quitan a uno, es un mundo. A veces siento como si te envían a la guerra, pero sin armas», confiesa esta juez.

La situación de colapso que sufre el juzgado se debe a la falta de personal, a lo que hay que sumar la huelga de funcionarios de noviembre y diciembre, así como las guardias de tres días que desde enero tienen que hacer de 9 de la mañana a 9 de la noche, sin descuidar los asuntos propios del Juzgado de Violencia.

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