El arquitecto de San Telmo sostiene que la restauración tiene precio de vivienda social

05/04/2009
Actualizado a las 13:36h.

Después de que el PP pidiera una veintena de veces visitar la rehabilitación del Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta en obras desde 2005, y presentara otras tantas iniciativas parlamentarias, que siempre obtuvieron como respuesta la negativa de la Junta; ha sido la respuesta del TSJA, admitiendo a trámite un recurso de los populares que ya estaban dispuestos a pedir una orden judicial para poder acceder a las obras, la que provocó que la Junta accediera finalmente a abrir las puertas del Palacio, autorizando a un grupo de parlamentarios conocer el estado de las obras guiados por su restaurador.

El arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, tras una detallada visita de dos horas y media aseguró que los 32 millones previstos por la Junta para esta obra es «un presupuesto escasísimo». Apuntó que, teniendo en cuenta ese coste, al final la obra «sale a 1.000 euros el metro cuadrado, a precio de vivienda social». Sin embargo, una vez hecha esa apreciación, afirmó que se trata de «una obra compleja y de envergadura» y que sería un error compararla con las de una vivienda corriente. «No sería correcto aplicar un precio por metro cuadrado a un edificio que se recupera», recalcó, insistiendo en que se trata de un precio «adecuado» para una obra de esta naturaleza.

Un grupo de parlamentarios

Durante la visita, que fue precedida por una larga explicación con diapositivas de los antiguos usos del palacio en el salón de entrada (el único que está restaurado), un grupo de parlamentarios accedieron por primera vez en cuatro años al interior. Acudieron además de varios directivos de la Consejería de Economía, los parlamentarios socialistas Miguel Angel Vázquez, Antonio Núñez y Verónica Pérez. Del PP fueron los diputados Jaime Raynaud y Jorge Ramos mientras que no acudió ningún diputado de IU.

Todos pudieron comprobar el ritmo de unas obras que, según el arquitecto, estarán finalizadas a final de año o en los primeros meses del 2010. «Van a buen ritmo», dijo. Sin embargo, sólo un par de estancias están casi terminadas. Se trata de la capilla del Palacio, una pequeña muestra del barroco que ha sido restaurada casi al completo incluyendo el retablo y los frescos de las paredes en tonos azules. Sin embargo el uso de esa iglesia, «desacralizada», según fuentes de Economía, está aún por definir. «Me gustaría que se pudiera visitar la capilla y el jardín», admitió el arquitecto.

Recuperación del barroco

La otra estancia que se ha completado es el salón de entrada donde se ofreció una detallada explicación sobre el edificio sobre los antiguos usos. De cuando era seminario, de las antiguas estancias o de los primitivos planos. Unas explicaciones que el arquitecto culminó asegurando que la restauración supondrá la recuperación del esplendor de este palacio barroco del siglo XVIII y de «la dignidad de los Figueroa».

Además de la vivienda para el presidente, sin duda el tema por el que más preguntaron al arquitecto durante la visita, ayer se supo que los 110 trabajadores que participan en la rehabilitación han tenido que realizar varias modificaciones sobre la marcha.

Así se ha previsto que una amplia zona de la planta baja se dedique a «zona de recuperación arqueológica» donde se expondrá todo lo que se vaya recuperando en el edificio y que da a los jardines. En las paredes de sus salas quedan azulejos en los que puede leerse hasta donde llegó el agua en inundaciones que sufrió Sevilla hace cientos de años.

El arquitecto también mostró un auditorio para cien personas (todavía en obras) o el arreglo de la terraza donde se ubican las estatuas de ilustres sevillanos. Para evitar que las palomas deterioren la piedra (algunas de ellas ya lo han sufrido) se ha instalado un cableado que evita que el animal se pose.

En los amplios patios (unos 3.000 metros cuadrados) se ha realizado un original diseño que permite la entrada de luz y para los jardines (más de 20.000 metros cuadrados). En los suelos se ha puesto mármol de Carrara y en los espacios administrativos se instalará mobiliario de madera de roble desenrollado.

En el jardín habrá un gran estanque con agua de varios colores, distintas especies botánicas (entre ellas se conserva un zapote de la época de los duques de Montpensier), Y un aparcamiento subterráneo con capacidad para 50 vehículos.