«Sevilla es como una hamaca caribeña con vistas al Guadalquivir»
Lis Rodríguez Waleska _ Empresaria. Hispanodominicana, licenciada en Publicidad y con la familia en Nueva York es la propietaria, en la calle Adriano, de la tienda de camisas y corbatas italianas «2 Bottoni». Los toros le fascinan. A su negocio también
—Debe estar encantada con los toros de la Maestranza…
—Encantadísima. Debería haber toros todos los días del año.
—Habrá que ir pensando que dentro del ecosistema que posibilita el toro de lidia se encuentra también la sostenibilidad comercial…
—(risas). Nunca mejor dicho y expresado. No sólo de la dehesa vive el hombre.
—¿En porcentaje cuánto vende usted más con toros que sin toros?
—Ahora mismo un cincuenta por ciento más. Y contamos con la crisis.
—Entiendo, entonces, que ve a un antitaurino y le pone velas negras ¿no?
—(risas). Le pongo velas negras y las del Juan Sebastián Elcano para que se vayan muy lejos.
—¿Le gustan los toros?
—Me encantan. Mi terraza tiene vista a la plaza.
—¿Y sus clientes más taurinos son muy clásicos a la hora de vestir?
—Sí, mantienen esa esencia por encima de la moda. Cuesta muchísimo intentar convencerles de que introduzcan una mínima tendencia en su imagen de siempre.
—O sea que tiene camisas para chicos con los pelos muy mojados y de punta hasta para personajes clásicos del mundillo…
—Desde futbolistas que son los más modernos hasta dueños de tablaos flamencos.
—¿Faltaría a alguna norma de privacidad si me diera nombres famosos de sus clientes?
—En absoluto. Entre otros recuerdo a: Jesús Capitán, Melli, Reyes, Caffa, Carlos Herrera, Agustín Bravo, Jorge y César Cadaval, Antonino Parrilla y algún que otro maestrante cuyo nombre me guardo.
—O sea, que por esos nombres me imagino que usted no debe notar mucho las crisis…
—Estos clientes no vienen todos los días.
—¿Entre sus clientes tiene algún torero?
—Sí. Morante de la Puebla.
—Se da la circunstancia de que usted, antes de dedicarse al comercio, fue azafata de televisión en programas de mucho fuste…
—Sí, sí. Todavía sigo siendo para mucha gente la Lis de Números Rojos. Y me dicen así: ¿Tu ere la Lí de Números Rojos?
—¿Le hubiera gustado trabajar en un programa de toros para televisión?
—Me hubiera encantado trabajar en uno de moda vinculado al toro. Tiene unas posibilidades enormes. A la gente le encantaría ver que hay en los armarios de los toreros.
—¿Los toreros son valientes en la plaza y más conservadores con los gustos?
—En general todos son muy conservadores con los gustos. Pero ya se ven otras cosas, prefieren sus marcas, sus camisitas entalladas…
—En Nueva York, donde vivió sus largas temporadas, hay una escuela taurina y en el Central Park hay tíos toreando de salón ¿lo sabía?
—Lo sabía porque los he vito cuando voy a patinar. Patinar es una de mis pasiones favoritas.
—¿Qué echa se menos de Nueva York que no pueda suplirlo Sevilla?
—Mi familia. Eso nada más que te lo da la sangre.
—¿Y qué echaría de menos de Sevilla en Nueva York?
—El jamón, el clima y la gente. Sevilla es como una hamaca caribeña con vistas al Guadalquivir.
—En su tienda de Adriano ha compuesto un altar de fotos donde aparecen desde Babalú Ayé, Yemayá, la virgen de Altagracia y un torero. ¿Es pura estética o fe?
—Las dos cosas. Mi tienda está muy bien protegida.
—En cualquier caso su tienda tiene sus guiños al Caribe. Por ejemplo: las guayaberas que amplían la oferta de sus camisas…
—Cierto. Entre tanta oferta de tendencias creí que faltaba algo muy vinculado a la idiosincrasia taurina de Sevilla.
—¿Las trajo porque se la pedían o creyó que una guayabera en un tendido es una prenda clásica cien por cien?
—Me fijé que en Sevilla se usaba mucho y la gente iba a los toros con ella. Además en Santo Domingo es una prenda clásica de vestir. En las galas presidenciales el presidente la usa. Así que me decidí a traerlas y con excelentes resultados.
—¿Piensa estar encerrada en su negocio toda la semana de Feria?
—Espero que me la contéis bien desde ABC. Es mi único consuelo.
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