Sábado, 23-05-09
Siete años han transcurrido desde la última vez que Patricia Vela cantó en el Teatro «Lope de Vega» de Sevilla, al que ahora vuelve; corría, —la cuenta es sencilla de hacer— el 2002, y en aquella ocasión, la artista de San Juan de Aznalfarache tuvo que echar mano de profesionalidad y hacer de tripas corazón para cumplir con el compromiso, porque su padre acababa de fallecer, circunstancia muy distinta a la que vive actualmente, pues aunque el recuerdo de su progenitor siempre lo tendrá presente, lógicamente, el bálsamo del tiempo ha curado ya gran parte del dolor, a lo que hay que añadir la felicidad devenida de su relativamente reciente matrimonio.
Y esa vuelta de Patricia a la bombonera aledaña al parque de María Luisa, se producirá el próximo martes 26 (21.00 horas), con un espectáculo titulado «La copla en mi voz», aunque en su momento, cuando se presentó la programación del recinto, se anunciara «Renacimiento», porque éste será el título de un nuevo CD de la artista; pero como aunque está grabado, el trabajo no ha salido todavía, la cantante ha optado por el primero de los indicados, que incluirá un repertorio de 17 o 18 temas, entre coplas clásicas de toda la vida y de su disco de 1993 «Por ti», amén de alguno que otro, en plan pinceladita, de ese «Renacimiento» nonato, para cuya interpretación contará con el acompañamiento de una orquesta de 10 profesores, dirigidos por José Miguel Álvarez. Y naturalmente estrenará vestuario, confeccionado por Justo Robles «Salao», aunque también lucirá alguna prenda del modisto Emilio Martínez. Y todo el espectáculo —me decía la propia Patricia— tendrá un halo que retrotraerá a cosas de antes.
Recuerdo a Rodríguez Recio. Y cambio de línea argumental para contarles igualmente que mañana lunes, a las 12.00 del mediodía (aunque en un principio se había anunciado para las 13.00), será descubierta en la plaza de San Francisco hispalense una placa de cerámica que recordará para siempre a Juan Rodríguez Recio, el desaparecido actor y director teatral hispalense fundador de Giraldillo de Comedias, esa compañía que a tantos miles de sevillanos hizo felices durante los veranos en este mismo espacio urbano, que fue donde últimamente se desarrolló ese Festival bajo las Estrellas de teatro costumbrista andaluz que alguna vez debería volver.
Y el lugar exacto donde se ha colocado la mencionada placa —obra del ceramista Orce—, es la fachada del Bar «Laredo», para lo que su propietario, Juan Robles, que desconoce la palabra no, ha dado beneplácito y consentimiento.

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