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Solchaga y Recio, de la política económica al potentado asesor

De todas las denuncias que caen en tromba sobre el ex presidente de la Junta, Manuel Chaves, y la polémica subvención otorgada por el Gobierno andaluz a Aguas Teñidas, la que se mantiene con tozudez es la presunta mediación de dos notables ex altos cargos del PSOE para que la ayuda de 10 millones de euros a la empresa minera recibiera el visto bueno de la Administración andaluza.

Se trata de Carlos Solchaga y José Aureliano Recio, que montaron hace ya una década la empresa Solchaga Recio & asociados, con la misión de asesorar a la alta dirección de las principales compañías españolas en la gestión de los riesgos políticos y económicos en América Latina. Con el tiempo, Solchaga Recio & asociados amplió la oferta de servicios, centrados siempre en la asesoría estratégica, y se ocupa, entre otros asuntos y siempre según su página web, del asesoramiento económico ante los órganos reguladores y del «análisis económico de las ayudas públicas».

Cuando se presentó en el mercado empresarial, Solchaga Recio & asociados dejaba claro que la labor que desarrollarían no había que confundirla con el «tráfico de influencias» y se comprometía a ser un intermediario activo «dentro del respeto más escrupuloso a las normas legales».

Ambos ingresaron en 1974 en el PSOE y se conocieron al año siguiente en Bilbao. Solchaga era jefe del servicio de estudios del Banco de Vizcaya. Y Recio entonces era un abogado laboralista que había sido destinado a la capital vasca por Renault.

Carlos Solchaga comenzó su vida política en 1979, cuando fue elegido diputado a Cortes por Álava. Fue nombrado ministro de Industria y Energía en el primer Gobierno de Felipe González en 1982. En dos siguientes legislaturas (de 1985 a 1993) pasó al Ministerio de Economía. En 1996 abandonó la política para adentrarse en la empresa privada. La vida política de José Aureliano Recio es más corta. Tras entrar a formar parte del Gobierno de José Rodríguez de la Borbolla en Andalucía, como consejero de Fomento y Turismo, en 1986, dos años después anunció que abandonaba la vida pública para ser nombrado al año siguiente director general adjunto a la Presidencia del Banco de Vizcaya. Buen amigo del presidente de la entidad, el fallecido Pedro Toledo, Recio fue nombrado consejero en el nuevo BBV y en Sevillana de Electricidad.

Tras un paso fugaz por la presidencia de Ercros, el consejero del BBV apareció en el sumario de Filesa, la red de financiación ilegal organizada por socialistas. Finalmente, no resultó imputado. El 1998 abandonó el BBV para abrirse paso a nuevos horizontes.

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