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«En el Ruiz de Lopera tienen que entrar Lipasam y Conlima para que sea el Villamarín»

Rafael González Serna_Cantante

«En el Ruiz de Lopera tienen que entrar Lipasam y Conlima para que sea el Villamarín»

Mañana martes, en el Fuerte de Isla Mágica, presentará su último disco «A este sueño invito yo», en un concierto donde intervendrán todos los que han colaborado en el disco. Los fondos irán para los niños con síndrome de Down.

—Lo de mañana no se lo debería perder nadie ¿verdad?

—Habría que sacarle tarjeta roja al que se quedara en su casa

—Se lo digo porque, además de reunirse lo mejor de cada casa, el motivo del encuentro no puede ser más hermoso…

—Queremos terminar una escuela taller para los niños síndrome de Down en Sevilla Este.

—¿Quién lo empujó a militar a favor de los niños con síndrome de Down?

—Colaboro desde hace tres años con ellos. Les organizo el partido de Navidad entre artistas, toreros y periodistas, les hago el almanaque y cuando me comentaron que había que terminar esa escuela taller se me ocurrió lo del disco.

—Le inspiran una ternura especial ¿verdad?

—Muchísima. En el vocabulario de esos niños no existe la palabra mentira.

—Me cuentan amigos comunes que le ha escrito una canción a estos niños de esas que usted compone cuando el corazón, el talento y la magia lo visitan de noche para hacerle compañía…

—Esa canción que usted refiere se llama «Alas para volar» y me meto en el papel de un padre de un niño con síndrome de Down.

—Un papel nada fácil…

—Muchos padres de la asociación me facilitaron emails contándome sus vivencias. Con esa información compuse el tema. Quizás uno de los que más trabajo me ha costado hacer en mi vida.

—Tengo una amiga maravillosa, que se llama Mari Cruz, síndrome de Down, que es la alegría de su casa. Por qué no le dedicas las primeras estrofas de esa canción…

—Vale. Ahí va: «Mi pequeño querubín/necesita de tus besos/y si no es mucho pedir/ ven a compartir sus sueños».

—Estoy seguro que si te escuchara ya estaría pidiéndote bailar. Le encanta bailar y tiene un compás fuera de lo normal…

—Te contesto con otra estrofa: «Con una sonrisa grande/donde cabe el universo/y unos ojitos rajaos/que te quieren comer a besos…».

—Me da la sensación de que escribir eso tuvo que doler…

—Reconozco que estoy completamente enganchado a su infinita ternura.

—Volviendo a su disco: todos los que actúan mañana son los que cantan con usted en su nuevo disco?

—Exactamente. Después de un año y medio de grabación he llegado a denominarlos «Coros sindicatos del crimen».

—Pues estoy seguro que, entre tanta gente buena, habrá más de una buena anécdota…

—El «Se te nota la mirada» la hemos hecho en inglés con Las Seventies. Yo hablo el inglés de la Alfalfa. Y cuando empecé a cantarlo me mandaron directamente al Instituto Británico. No se puede ser peor que yo hablando inglés.

—Lo de su equipo de fútbol, en cambio, no ha sido una anécdota. Más bien ha sido una…

—Debacle.

—Lo peor es que se veía venir, que todo el mundo estaba harto de gritar que viene el lobo, que viene el lobo…

—Yo lo había proclamado muchas veces en este asunto. Pero ni a mí ni a toda la afición nos hicieron caso.

—¿Usted cree que el beticismo ha despertado de una vez por todas?

—Yo creo que sí. Y el que no se haya despertado es que no tiene puesto el despertador en verdiblanco.

—¿Piensa ir a la manifestación del día 15?

—Yo si voy.

—¿Y cree que la presión de la calle intimidará lo suficiente al accionista mayoritario del Betis?

—Me conformaría con que después de la manifestación pudiera entrar en el estadio Manuel Ruiz de Lopera Lipassam y Conlima para convertirlo en el Benito Villamarín.

—En cualquier caso, no estaría mal organizar un festival de artistas béticos para pedirle a Lopera que se vaya ¿no?

—Los artistas béticos siempre hemos estado con el escudo para lo que hiciera falta.

—¿Usted ve con buenos ojos ciertos movimientos políticos en torno a la oposición verdiblanca?

—Yo creo que la política no debe entrar jamás en el Real Betis Balompié. Que se dediquen a su trabajo que tienen muchas cosas que hacer.

—Déjeme que le de un abrazo y le diga que lo mejor que se ha hecho en el Benito Villamarín en estos últimos años lo hizo usted, con un himno para el corazón de los verdolagas...

—Eso está perfecto. Me honra que un palangana como usted me cubra de inmerecidas glorias.

—Labandón, Cesar Cadaval, Dávila Mihura, todos palanganas gloriosos, le han dado un pésame o una guasa…

—Un pésame cariñoso con su mijita de guasa.

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