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En busca y captura el estudiante mexicano condenado por intentar matar a dos policías

En busca y captura el estudiante mexicano condenado por intentar matar a dos policías

El estudiante mexicano Alejandro O.M., que estaba en libertad condicional tras ser condenado a 8 años y dos meses de cárcel por intentar matar a dos policías en Sevilla, se encuentra en busca y captura al no presentarse el 30 de julio pasado ante el juez, han informado fuentes de la Audiencia sevillana.

La Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla dictó una orden de búsqueda y captura contra el joven, cursada a la Interpol, y a día de hoy sigue en paradero desconocido después de que el 30 de julio no se presentara ante este tribunal, que le impuso la obligación de comparecer los días 15 y 30 de cada mes, han precisado las mismas fuentes.

Sólo dos semanas antes, el 13 de julio, este estudiante de Guanajuato (México), de 28 años, fue condenado a ocho años y dos meses de cárcel por intentar matar a dos policías nacionales, a los que arrebató el arma e intentó disparar cuando procedían a pedirle que se identificara.

La sentencia le impuso tres años y tres meses de cárcel por cada uno de los dos delitos de homicidio en grado de tentativa, y un año y ocho meses de cárcel por un delito de atentado a la autoridad.

Por otro lado, fuentes judiciales han explicado a Efe que la posible fuga del joven ha causado "sorpresa y extrañeza" entre las partes personadas en este caso, pues estaba en libertad provisional, hasta que se resolviese su recurso ante el Tribunal Supremo, y "ni la acusación ni el fiscal habían pedido su ingreso en prisión tras la sentencia".

Estas fuentes han indicado que su defensa ya ha anunciado la interposición del recurso de casación ante el Supremo, procedimiento que sigue adelante con independencia de que esté en busca y captura, y han añadido que a día de hoy no se tiene ningún conocimiento sobre el posible paradero del joven, a quien se le intervino el pasaporte.

Doctorado en la Universidad de Sevilla

El joven mexicano se encontraba en España realizando un doctorado de la Universidad de Sevilla sobre energías renovables y alegó en el juicio que aquella noche había bebido y que creyó ser víctima de un secuestro, argumento que no acepta la sentencia.

Fue condenado por unos hechos ocurridos en la madrugada del 8 de marzo de 2008, cuando dos policías que patrullaban de paisano y en un coche camuflado recibieron un aviso para identificar a una persona de determinadas características físicas.

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