Actualizado Lunes, 19-10-09 a las 13:04
Los emplazamientos elegidos por los antiguos egipcios para ubicar sus tumbas constituyen un serio problema para la conservación de esos tesoros arqueológicos. Zonas como el Valle de los Reyes, en Lúxor, se caracterizan por una roca fácil de excavar pero que, del mismo modo, sufre las consecuencias de las fracturas del terreno. El problema se agrava cuando el agua de la lluvia se infiltra por esas grietas hasta alcanzar los enterramientos, dañándolos sin remedio.
Trabajando con un profesor de Geología e Ingeniería Geomediambiental, Katarin A. Parizek, especialista en fotografía digital de la Universidad de Penn State, advirtió primeramente que varias de las entradas a tumbas en el Valle de los Reyes estaban alineadas precisamente en zonas de fractura. Por eso decidió realizar un estudio de 33 de las 63 tumbas conocidas en esta zona arqueológica.
Los resultados se presentaron este fin de semana en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América. De las 63 tumbas del valle, nada menos que 30 han sido identificadas por Parizek como asentadas en zonas de fratura del suelo, mientras dos se encuentran en diagonal respecto a la fractura y solamente una se encuentra fuera de esta estructura geológica.
La importancia de estas alteraciones geológicas no es sólo que facilitasen excavar las tumbas, sino que además constituyen una entrada natural de agua, que a veces causa daños en los enterramientos. "Hemos comprobado evidencias de siete eventos de inundación en cuatro tumbas distintas", afirmó. Cuando esto se produce, el agua destruye las paredes y las valiosas pinturas que las adornan, al igual que erosionan el suelo (como la muestra reproducida en la imagen).
Vías para desviar el aguaLa información geológica recogida en este estudio permitirá a los conservadores identificar qué tumbas están más expuestas a inundaciones por esta causa y buscar vías para desviar el agua. Pero además, los arqueólogos ya están utilizando información geológica para explorar nuevas tumbas y otros yacimientos arqueológicos en el Valle de los Reyes.
Asi, en febrero de 2006, el arqueólogo alemán Otto Shacden descubrió una tumba, denominada KV63, localizada en las juntas principales inmediatamente adyacentes a una zona de concentración de fracturas que los geólogos describieron en 2002. Ese descubrimiento aporta validez a la hipótesis de Parizek de que las tumbas se excavaron prferentemente en zonas con fracturas.

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