Aquilino Duque, Escritor: «IU me puso en Zufre un azulejo con una poesía mía»
No le ha sorprendido que prohibieran el homenaje a Foxá. Mantiene que progresistas y liberales son intransigentes
—Parecía que eso de prohibir actos literarios era afán propio de censores franquistas…
—Yo no tengo experiencia de censuras previas. En el 53 en el club La Rábida realice una lectura integral dedicada a Alberti y el único inconveniente que hubo fue una carta de un falangista llena de lugares comunes. Más tarde, en el 69, con motivo de la muerte de Machado, en Madrid se organizó un homenaje al escritor en la Escuela de Ingenieros. Cuando Celaya intervino aquello se incendió. Nos desalojaron y proseguimos el acto en el bar de al lado.
—Pero cuesta trabajo creer que desde un Ayuntamiento progresista se tomen esas medidas prohibiendo la libertad de reunión…
—No me cuesta trabajo en absoluto. Los progresistas y los liberales son intransigentes. Solo hace falta leer a Galdós y entender a Baroja cuando lo definía como fraseología masónica.
—Todas estas cosas tienen siempre un lado bueno: mucha gente que antes desconocía quién era Agustín de Foxá ahora puede empezar a interesarse por él…
—Así es. Yo me he alegrado muchísimo porque le ha dado proyección a Foxá que en otras circunstancias no lo hubiera tenido.
—Lo que sigo sin entender es cómo prohíben un acto literario por supuesto homenaje a un escritor falangista cuando Izquierda Unida gobierna en un ayuntamiento de la provincia de Málaga con apoyo de la Falange
—Esas cosas son normales en la vida democrática. En un pueblo del Sicilia gobernaban los comunistas y los fascistas. Con mi edad esas cosas ya las tengo vividas.
—Cuando le comunicaron la decisión de Josefa Medrano de prohibir el acto literario ¿por qué sintió que era el mejor favor que le podía hacer IU?
—Porque lo convirtieron en un acto muy amable. Lo sacaron de un lugar cerrado y lo celebramos en el parque de los Príncipes. Bajo las estrellas, sin calor y con muchos fotógrafos. Estoy enormemente agradecido con lo que nos hicieron.
—No obstante el acto estaba permitido y la prohibición casi le llega a la hora de celebrarse la velada literaria…
—Estaba autorizada la cesión del local desde septiembre. Pero luego lo prohibieron por escrito esa misma noche.
—O sea que lo estaban esperando a conciencia en la trinchera ¿no?
—No lo se. Pero en el escrito no daban explicación alguna.
—La asociación Ademán ha decidido llevar a los tribunales a Torrijos y Montaño por injurias, prevaricación y delito contra las libertades fundamentales…
—Yo no entro en ese tipo de cuestiones. Eso me inquieta poco.
—Usted me perdonará pero no veo yo ni a Montaño ni a Torrijos injuriando, prevaricando y atentando contra los derechos fundamentales. Son tan progresistas…
—No conozco a esas personas. Tan solo de la relación que pueda tener a través de mi mujer que ha participado en todos los alegatos contra el arboricidio perpetrado en la ciudad.
—¿Tiene algún tipo de relaciones o conocimientos en IU?
—Si. En el pueblo de Zufre, de donde viene mi familia, tengo colocada una cerámica con una poesía mía. Y el ayuntamiento era de IU.
-¿Tendría usted algún inconveniente en homenajear a algún escritor de ideología diferente a la suya?
—Lo he hecho muchas veces. El día 23, día de San Clemente, voy por la Diputación a dar una conferencia sobre Machado. Puedo discrepar de ellos en algunas cosas. Pero sin Alberti y sin Machado yo no sería lo que soy.
—Felipe Alcaraz ha sentenciado que Foxá no era un buen escritor…
—Él tendrá títulos para emitir sentencias. Cada uno tiene sus filias y sus fobias. Son opiniones.
—¿Ha leído usted algo de Alcaraz?
—Juan Collantes le hizo una reseña muy positiva hace algunos años. Pero yo no conozco nada de su obra.
—Recapitulemos: se ha querido explicar desde IU la prohibición del acto por ser considerado Foxá un escritor falangista y por no ser un buen escritor. ¿Cuál de las dos es la menos descerebrada?
—Es cierto que fue un escritor falangista. El de ser bueno o mal poeta es una apreciación subjetiva.
—¿Cree usted que con Foxá ha pasado lo mismo que con algunos nombres de calles sevillanas, que se cambiaron por considerarse afines al Régimen?
—Por supuesto.
—¿Y cómo si saben tan poco de historia pueden hacer cumplir la ley de Memoria Histórica?
—Yo la llamo la memoria senil. Lo mismo que los viejos no recordamos donde dejamos las gafas hace cinco minutos y nos acordamos minuciosamente de lo que pasó en nuestra infancia, los de la memoria senil están hurgando en fosas comunes y no quieren saber nada de los muertos del 11M que los catapultó al poder.
—¿Esta experiencia le da para un cuento, un relato de terror o una novela cómica?
—La realidad supera a la fantasía. Lo mejor es dejarlo así para que la prensa le saque un partido extraordinario.
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