Un terapeuta sexual para Teixeira
A. CARRILLO
Publicado Lunes , 23-11-09 a las 08 : 33
Desconozco qué nombre recibe en la literatura médica, si está listada en el vademécum de las enfermedades raras ni qué ratio de incidencia tiene en la población mundial. De hecho, hasta ayer en Elche no había oído hablar de ella, pero debe de ser fastidiosa. Uno ya sabía de la disfunción eréctil, de la eyaculación precoz, de la precoz metedura de pata (la tercera, en el argot clínico), de las anorgasmias, pero eso de sentir dentro lo que está fuera, no una vez, sino dos, sólo lo he visto en mi consulta de periodista a Teixeira Vitienes, el hermano malo —o mejor dicho, el peor de los malos— de la saga cántabra del pito. Este tipo más que un repaso al reglamento o visita al oftalmólogo, está claro que necesita un terapeuta sexual.
La disfunción del árbitro remató al Betis, que ya venía autoflagelado de una primera parte tirando a criminal. Teixeira le señaló dos penaltis por dos faltas cometidas fuera de la área, lo que le condenó en el marcador, que no en el campo, porque las expulsiones que conllevaron el doble error arbitral fueron justas: en una Carlos García era el último hombre y en la otra Nelson merecía la segunda y la ducha.
Una pena que no pudiéramos comprobar si la reacción bética era posible, porque después se vio a un Emana comprometido y con ganas, que en un par de minutos demostró que lo de Sunny es un mal chiste peor contado. Sólo es una impresión, porque lo cierto es que la primera parte de los de Tapia fue penosa, sin acercarse ni a por hielo a la casa del vecino y dejando que este entrara sin llamar hasta la cocina de la propia. Eso de tirar las primeras partes debe de estar de moda. Pero al Betis no le queda nada «in».
DEMASIADO DESGASTE. No me gustó el Sevilla en Tenerife. No por el juego, ni por «no matar el partido», ni por que algún jugador no diera la medida de sus posibilidades, ni por que se notaran las nueve bajas que se contabilizaban —¿pero tan compensada como está la plantilla, eran de titulares o de suplentes?—, sino porque un equipo inteligente, con 0-2 en el marcador y un calendario en punta por delante que ni el Pirelli de este año, no tiene por qué hartarse de correr durante cuarenta minutos, en un desgaste que debía ser del otro, obligado a confundir, por sus limitaciones y exigencias, el tocino con la velocidad.
Manolo Jiménez cada vez está haciendo un equipo más redondo, más armónico, pero tiene un defecto que me supongo subsanable: aguantar el balón cuando el rival, sin nada que perder por ir detrás en el marcador, quiere que los partidos adquieran un perfil orate. En Tenerife pasó eso y el gol de Nino hizo aflorar los nervios, las dudas y la esperanza de Madrid y Barcelona de que los isleños les quitaran de encima a ese equipo tan pegajoso que se empeña en compartir con ellos el ágape de los sábados. Imposible, tiene hambre siempre.
ITALIA REDENTORA. ¿Quién dice que no existen los milagros en el fútbol? ¡Chevantón firmará por el Atalanta si no se lesiona subiendo las escaleras de la clínica donde le harán el reconocimiento médico! Toquen la barandilla, que es de madera. Los italianos han firmado una opción de compra por seis millones de euros, pero llegado el momento seguro que por ahorrarse la iguala que se paga a la mutua médica con sus lesiones, Del Nido lo dejaría ir. No ha tenido suerte el charrúa en el Sevilla. Ni el Sevilla fichándolo. Ni Monchi cuando se le ocurrió ficharlo.
UNO QUE SABE. Joan Plaza está consiguiendo que el Cajasol se parezca a un equipo de baloncesto. La Giralda, pívot de la ciudad, se lo agradece. Hacía mucho tiempo que la gente no iba al cada vez menos Palacio y más Pabellón con la certeza de que, independientemente del marcador que registrara la cosa, la camiseta de su equipo sería defendida dignamente, que necesitara de una lavadora después para quitar los cercos del sudor, que desde la cancha se devolviera con profesionalidad el coste de los abonos y el esfuerzo del patrocinador. No sé si, como en aquella frase castiza que hizo fortuna, el entrenador catalán se está viendo obligado a «dejarse los cuernos» en su empeño de devolverle a Sevilla el orgullo por su equipo de baloncesto, pero en cualquier caso su trabajo nos devuelve la seguridad de que el tipo sabe de esto, que no entrenó al Real Madrid porque le tocó en un tómbola y que merece que se le escuche para el futuro. Dicho de otra forma: Joan, tú habla y que Leo escuche.
HITO. El gordito que preside el Barcelona no ha dicho la pasada semana ninguna tontería. Erijan un mojón kilométrico /dialéctico en ese lugar del camino.
POCA VERGÜENZA. La sanción que ha recibido el Atlético de Madrid por la agresión a Manuel Pellegrini en el partido de hace diez días en el Vicente Calderón, una multa de 150 euros, es una burla a los equipos sevillanos, que fueron machacados por el Comité de Competición tiempo atrás por hechos similares. La poca vergüenza que se ha instalado en la Federación Española del imputado Ángel María Villar adquiere tintes estremecedores. No es que haya doble vara de medir, es que a unos les zurran fuerte con la vara y a los otros se las maquean para que las usen como majorettes.

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