Hazte premium Hazte premium

Y La Parrala se hizo albero...

La presidenta de Nuevo Futuro de Sevilla, Mari Pepa de la Serna; el rejoneador Ángel Peralta, Mamer Revuelta y el también rejoneador Rafael Peralta

Fiesta, música, buena mesa, gangas, homenajes, cultura, poesía...¿quién diría que les voy a hablar de compromiso? Pues no encuentro otra palabra en el diccionario que resuma lo que he visto y vivido en la segunda jornada «rastrillera» de la puesta en escena anual de Nuevo Futuro. El de ayer fue un día para el recuerdo y el reconocimiento. Cada año esta decana asociación benéfica homenajea a una destacada figura del Toreo o de la Fiesta, como se dice ahora para no ofender con eso de la Fiesta Nacional.

Homenaje a Los Peralta

Ayer fue el turno de los hermanos Peralta que, aunque son dos, son uno si me permiten este complejo juego de palabras. Así al menos lo defendió el hijo del maestro Rafael Peralta, Rafa, del que ya se conocen su dotes y difícil facilidad en esto de escribir con sensibilidad y gusto. Ya se sabe, de raza le viene al galgo. Si el primer día hablaba de ausencias en la jornada inaugural, hoy debo hablar de una muy notable del mediodía de ayer, la de la otra pieza del puzzle centauro de estos dos caballeros-caballistas. No pudimos ver ni a «Madrugada», ni a «Indiano», tampoco dejaron verse «Mejicana», ni «Brinca» y es que, créanme, y, como bien dijo mi amigo el poeta Rafa Peralta, ayer El Rastrillo era Maestranza y La Parrala albero. El almuerzo fue de honor, tanto como el presentador del mismo, mi compañero en esta Casa el taurómaco Fernando Carrasco. Me quedo con una de sus pinceladas: «Nadie puede querer más al Caballo y al Toro que los hombres de la Fiesta». Amén Fernando. Pocos como Ángel y Rafael quieren al Caballo, ya sea en la plaza o en el campo. Sólo lo saben las marismas de la Puebla, las que salpican el rancho El Rocío, cuartel general de estos Álvarez Quintero del toreo caballar.

El almuerzo fue de primer nivel, de tantos tenedores como el veterano Rafael Juliá quiera, quién donó, y ya van veintitrés años, el almuerzo a beneficio de esta asociación que apuesta por los más pequeños de menos suerte. En la retaguardia y entre fogones, Manolo González y Antonio Adorna, bajo la batuta del maître José Tejero. Voluntarios de Juliá que utilizan días de vacaciones para que no falte de nada desde la cocina. Junto a ellos, Antonio López y Juan Sigüenza, de Badía. Todos forman un bastión importante del bar de moda efímera de Sevilla que es La Parrala. Simpatiquísimas y persistentes las señoras de la Tómbola que luchan por cada papeleta como si fuese la última. Si hablamos de Ángel, debo hablar de Arcángel, la aparición no esperada que dejó a todos boquiabiertos con el pellizco del artista choquero.

Hoy La Parrala será una caseta de feria sin socios, ni porteros, y mañana La Parralita, en su primera edición, será el testimonio de que el Rastrillo goza de una salud de roble y que tenemos una nueva generación que trabajará con el mismo arte por quienes la vida no le ha sonreído de la misma manera.

Para terminar en este canto a la alegría, una anécdota: Las voluntarias de La Parrala María Cuquerella y Rocío Bonilla esperan el primero de sus respectivos hijos, estado que no les ha impedido cumplir un año más con su encomiable labor. Las «niñas» se van haciendo grandes... ¡Enhorabuena!

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación