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Los líderes de hoy evocan el despertar autonómico

Los líderes de hoy evocan el despertar autonómico

Si veinte años no es nada, que soñaba el tango, qué van a ser treinta. La autonomía andaluza ya es adulta, está consolidada y se escucha en el resto del territorio nacional con voz sonora y firme. La historia de estos treinta años está escrita por los andaluces y por esos dirigentes políticos y sindicales que daban entonces sus primeros pasos como servidores públicos y que hoy continúan en ejercicio. Sus vidas y las de quienes llegaron tras ellos están ligadas para siempre al desarrollo autonómico andaluz. ¿Fueron capaces de adivinar los políticos más veteranos la Andalucía que pisarían treinta años después? ¿Son conscientes los más jóvenes la selva abrupta que desbrozaron sus predecesores? ¿Se cumplieron los sueños de Andalucía? ¿Y los de ellos?

Los próceres de la política andaluza tienen un nexo común: son vocacionales (en caso contrario sería complicado entender esa pasión que les mueve), y la mayoría entró en política empujada por el deseo de cambiar el destino de la comunidad y sus gentes. Ninguno imaginó años atrás que hoy estarían donde están, porque sus ambiciones era ir cumpliendo metas. Y otra coincidencia: están satisfechos, tanto de su desarrollo profesional como del escenario político y social en el que se desenvuelve Andalucía al cabo de 30 años, aunque queden cosas por hacer.

Hoy son o han sido ministros, secretarios de Estado, líderes de formaciones políticas, diputados, consejeros, concejales, alcaldes o presidentes de la Junta. Ayer eran jóvenes llenos de entusiasmo, ansiosos al sentir que estaban llamados a cambiar el curso de la historia de Andalucía.

Todos recuerdan nítidamente cuando, dónde o a través de quién les nació la conciencia. El consejero de Gobernación y vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro , no tarda ni diez segundos en recordar el nombre de Antonio Guerrero , un electricista, de UGT y militante socialista, que andaba por los años 70 por Alcalá de los Gazules haciendo trabajillos y que tropezó con un grupo de jóvenes hambrientos de conocimientos sobre la lucha obrera y el anarquismo en Cádiz, entre ellos Pizarro y su primo Alfonso Perales . «En los 70 decidimos afiliarnos al PSOE porque no había otra que combatir la dictadura». ¿Lo mejor de estos años de entrega al partido y a Andalucía? «Muchos de los objetivos los veíamos hace 30 años como una utopía y hoy se han hecho realidad».

Porque hay otra cuestión que está clara: el esfuerzo, la entrega, la vehemencia, los sacrificios... todo ha merecido la pena, aunque se les haya ido la vida en ello. «Siempre he sido prisionero de mi compromiso social, ha condicionado mi vida y la de mi familia, y por eso intento no defraudar a nadie ni defraudarme a mí». Frase clave del secretario de UGT de Andalucía, Manuel Pastrana , que se emociona al recordar a los jóvenes de familias desestructuradas con los que trabajó en Jaén y que fueron la semilla de su lucha sindical.

Hubo un alguien o algo que les marcó esos pasos iniciales. A Pilar González , secretaria general del PA, fueron los libros de texto escolares que escribía, el papel de Blas Infante en esa historia andaluza que empezaba a revelarse y las canciones de Carlos Cano, lo que despertó su espíritu andalucista. A Antonio Sanz , secretario general del PP, era una familia políticamente muy implicada y muy variopinta (tiene tíos del PSOE, del PA y su padre era de UCD) la que le guía por una Andalucía que empezaba su camino autonómico. Como la de Gaspar Zarrías , secretario de Estado de Política Autonómica, «con una familia donde se hablaba de todo menos de fútbol». A Rafael Velasco , secretario de Organización del PSOE-A, le habla de militancia Salvador Blanco. «Si tanto te quejas, ahí tienes trabajo», le dijo.

El presidente del PP-A, Javier Arenas , recuerda a los inmigrantes de Olvera «con su maletita de madera rumbo a la vendimia de Francia»; y Diego Valderas , coordinador andaluz de IU, que quedó huérfano a los 16 años, veía llegar a esos inmigrantes andaluces a Cataluña, donde trabajó «haciendo de todo».

Juan Manuel Sánchez Gordillo , alcalde de Marinaleda, apunta las secuelas que le ha dejado en un riñón las continuas y persistentes huelgas de hambre por conseguir «tierra y trabajo».

Nadie da un paso atrás y dicen que su sueño está aún por cumplir: una Andalucía mejor. Si revolución es cambiar los caminos de la historia, todos nuestros líderes fueron revolucionarios. Hoy son el corazón que mueve que esta Andalucía sea hoy lo que es.

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