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liga de campeones

El 1-0 en contra, un resultado preñado de gratos recuerdos

Ha superado con éxito tres marcadores calcados al obtenido en la cancha del Braga

DÍAZ JAPÓN

S. A. A.

No hay nada que temer, o ése es al menos el pensamiento que Antonio Álvarez debe inocular a sus hombres con vistas al choque de vuelta de la eliminatoria del play off de la Champions ante el Braga. Sí, es verdad que el juego del equipo dejó mucho que desear en el segundo tiempo, falto de intensidad, pero se supone que alcanzando una mayor regularidad en sus prestaciones no tendrá problemas el Sevilla para remontar la ahora adversa eliminatoria si es capaz, durante los noventa minutos que le aguardan en el Sánchez-Pizjuán, de interpretar el estilo de juego autoritario de los primeros cuarenta y cinco en el tapete del AXA.

Ése y no otro es el camino que ha tomar el Sevilla, un conjunto por lo demás de máxima fiabilidad en las eliminatorias a doble partido desde aquella temporada mágica, la 2005-06, que terminó con la primera Copa de la UEFA en las vitrinas de la entidad de Nervión. Desde entonces, como defiende a menudo su presidente, José María del Nido, el cuadro nervionense ha trocado en rival especializado en solventar este tipo de compromisos a doble partido, tanto los que ha dirimido en Copa del Rey como los que ha disputado en competición europea. Le avalan los datos al Sevilla, que tiene un balance favorable de 24 victorias por cinco derrotas desde el punto de partida indicado, el que supone un giro radical a la historia contemporánea de la entidad radicada en el barrio de Nervión con ese broche inolvidable grabado en Eindhoven.

Un balance sobresaliente

Desde aquella campaña inclusive, sólo Fenerbahçe y CSKA de Moscú, ambos en octavos de final de la Liga de Campeones, y Cádiz, Barcelona y Athletic, por este orden cronológico en la Copa del Rey, tienen el honor de haber dejado en la estacada a este Sevilla, púgil especializado en los duelos a dos asaltos, en las últimas cinco campañas. Todo un récord que induce al optimismo y que se engorda si se amplía el enfoque, se coge el gran angular, y el espectro analizado se ciñe a lo que llevamos de siglo, con la excepción lógica del curso 2000-2001, que el Sevilla penó en la categoría de Plata. El balance, en ese periodo, es de 30-9, de sobresaliente. Y si la solvencia en estos compromisos de 180 minutos de metraje es valor destacado del equipo hay que apuntar que el 1-0 en cero como fatal recolecta del partido de ida no ha supuesto para el Sevilla impedimento para dar carrete en estas campañas a su aventura continental, sino todo lo contrario. Hay tres precedentes calcados al de Braga en Europa, en concreto en esa competición fetiche para el club hispalense que ahora recibe la denominación de Liga Europa.

En la 04-05, en el regreso del equipo al circuito continental con Caparrós al timón, el Sevilla se plantó en octavos de final tras remontarle en Nervión (goles de Makukula y Adriano, éste en el 91) el 1-0 que se llevó de botín el Panathinaikos del choque de ida jugado en Grecia. Al año siguiente, ya con Juande dirigiendo al equipo, otra vez se rehízo de un marcador idéntico, esta vez ante el Lille , al que noqueó en Nervión con tantos de Kanouté y Luis Fabiano en la primera parte. Y ya, en el pedregoso camino que hubo de superar a la temporada siguiente, en el trayecto glorioso con parada final en Glasgow , fue verdugo de Osasuna al superarlo en casa, también en el encuentro de vuelta, con goles de Luis Fabiano y Renato. Que esa estadística se alimente y repita depende del Sevilla, que ya ha despachado al Braga recientemente por ese ansiado 2-0. Lo hizo en la segunda jornada de la liguilla de la UEFA 06-07 con tantos de Luis Fabiano y Chevantón.

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