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Un avión con 135 pasajeros aterriza de emergencia en Sevilla

El aparato, un Airbús 320, que despegó de Granada con destino a Barcelona, sufrió un fallo hidráulico en el tren de aterrizaje

Un avión con 135 pasajeros aterriza de emergencia en Sevilla KAKOP RANGEL

FERNANDO CARRASCO

Todo quedó en un susto, pero los que no se olvidan para los 135 pasajeros del vuelo VLG2317 de la compañía Vueling . A las 9.15 horas de ayer despegaban del aeropuerto Federico García Lorca de Granada. Destino, Barcelona. La mayoría de los ocupantes se dirigían a la ciudad Condal para enlazar con otros vuelos que les llevasen al lugar de vacaciones elegido este año.

Sin embargo, pocos minutos después de que el avión despegase, un potente ruido sembró el estupor y, por qué no decirlo, el pánico, entre los pasajeros. «Fue un ruido grande, muy grande. Como cuando se mete el tren de aterrizaje, pero mucho mayor », relata Javier Gutiérrez quien, en compañía de Marisa Gutiérrez, Salvador Meca y Edson de Paula, iban en el Airbús 320.

Un tiempo después, el propio comandante informó al pasaje de la situación. «Nos dijeron que se trataba de una pequeña avería mecánica». Este hecho fue luego ratificado por fuentes del propio aeropuerto de San Pablo, que precisaron que el problema podría deberse a un fallo hidráulico en el sistema de dirección del tren de aterrizaje . A partir de ese momentos, el avión estuvo dando vueltas alrededor de Granada, concretamente unos 45 minutos y en teoría para ir gastando el combustible con vistas a poder aterrizar para, finalmente, recibir la orden de tomar tierra en el aeropuerto de San Pablo.

En Sevilla se activó el protocolo de emergencia de manera inmediata e incluso la Guardia Civil cortó la autovía A-4 en las inmediaciones del aeropuerto como medida preventiva. Mientras tanto, en la pista de aterrizaje esperaban al avión dos camiones de bomberos , además de efectivos de la Policía Nacional y Guardia Civil.

Sobre las 10.20 horas aterrizaba el airbús en San Pablo, haciéndolo con toda normalidad, tal y como relata Antonio, otro de los pasajeros. «No ha habido ningún problema en cuanto al aterrizaje. Sí es verdad que durante el mismo hemos estado nerviosos y había mucha gente que no podía disimular el miedo . Que te informen que hay un fallo mecánico y que tengas que aterrizar de emergencia hace que se te pasen por la cabeza muchas cosas».

Por fortuna, todo transcurrió con normalidad y no hubo que recurrir a las rampas de emergencia para abandonar el aparato, si bien éste tuvo que ser remolcado hasta la terminal al no poder maniobrar con normalidad por la pista. Por fortuna ninguno de los pasajeros necesitó atención médica.

De un mostrador a otro

Desde ese mismo momento, la desesperación comenzó a apoderarse de los 135 pasajeros del vuelo Granada-Barcelona de la compañía Vueling —al parecer, compartido también con Iberia—, ya que « nos ofrecieron un café —explica Salvador Meca— pero ya está; no nos han dicho nada más ni nos han dado explicaciones de qué va a pasar. Vamos de un mostrador a otro del aeropuerto y nadie nos dice nada». Una gran cola esperaba en la ventanilla 48 de Iberia mientras otros pasajeros interponía en el mostrador de Vueling la correspondiente denuncia en las hojas de reclamaciones.

Tras un tiempo se decidió reubicar a los pasajeros en otros dos vuelos con destino a Barcelona: uno tenía previsto su salida a las 13 horas y el otro a las 17. Empero, «son pocas las plazas que quedan libres en esos dos vuelos y, por lo tanto, van a ser muy pocos los que puedan tomar estos vuelos», señalaba Marisa Gutiérrez, visiblemente contrariada.

El grueso de los pasajeros sería transportado en autobús hasta el aeropuerto de Málaga. Una vez allí se decidiría qué opción tomar para que llegasen a su destino: Barcelona.

La mañana fue larga para el centenar largo de personas que iban en el avión que despegaba de Granada. Y no pocos recordaban, aunque sin querer darle importancia, al suceso acaecido, hace ahora dos años, en el aeropuerto de Barajas con el avión de Spanair, que acabó en tragedia. «Gracias a Dios nosotros ahora estamos hablando de un aterrizaje de emergencia por un fallo hidráulico —precisaba Edson de Paula—pero a muchos se nos ha pasado por la cabeza lo que sucedió en Madrid, también en aquella ocasión despegando el avión».

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