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Muere con 103 años la mujer a la que la Junta aplazó la ayuda a la dependencia a 2013

La anciana sólo contaba con dos horas de asistencia domiciliaria La fallecida tiene dos hermanas, de 92 y 94 años, que perciben la misma prestación

ABC

JAVIER LÓPEZ

Dolores Benavides tenía 103 años y medio, cataratas, sordera, enormes problemas de movilidad y otras patologías, como asma e hipertensión. La edad y las enfermedades no dejaban valerse por sí sola a esta mujer de la provincia de Jaén, pero aún así la Junta de Andalucía sólo le reconoció el grado uno (dependencia moderada) y le aplazó el derecho a las prestaciones a los años 2013 y 2014.

Finalmente, la Junta de Adalucía le concedió dos horas de asistencia domiciliaria, pero, por su incapacidad, necesitaba más, de modo que solicitó un incremento de las prestaciones. No hubo respuesta. Dolores ha fallecido en su casa de la localidad jiennense de Castellar sin que la administración autonómica resolviera su petición.

En 2008 la delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Jaén, Carmen Álvarez, señaló en un documento relativo a la petición de Dolores Benavides que el programa individual de atención se elaboraría en el último trimestre de 2012, «año de implantación que corresponde conforme al grado y nivel de dependencia reconocido».

En otras palabras, según la responsable de la administración autonómica, cuando la anciana, ya fallecida, cumpliera 105 años tendría derecho a recibir las prestaciones derivadas de la aplicación de la Ley de Dependencia.

Problema sin resolver

El sobrino de la fallecida, Miguel Cano, denunció ayer no sólo el criterio de la Junta de Andalucía en este caso, al no evaluar, en su opinión, en la medida justa el nivel de dependencia de su familiar, sino también el empecinamiento en el error de la administración andaluza, por cuanto no ha resuelto el problema de las dos hermanas casi centenarias de Dolores, a las que se la ha concedido únicamente dos horas por cabeza de asistencia domiciliaria.

La administración autonómica no ha tenido al parecer en cuenta que Concepción Benavides, de 92 años, pesa en torno a 30 kilos a causa de una enfermedad degenerativa y que Rosario, la madre de Miguel, de 94 años, ha sido operada recientemente en dos ocasiones, lo que ha mermado de manera considerable sus facultades físicas.

Ambas ancianas han solicitado a la Junta de Andalucía más horas de asistencia domiciliaria, pero la Delegación de Igualdad y Bienestar Social en Jaén aún no ha contestado a la petición.

A falta de ayuda pública, Concepción y Rosario han tenido que contratar a una cuidadora que les atiende por las noches y pagan a otra persona para que les realice las labores del hogar y les prepare la comida durante los fines de semana, puesto que los servicios sociales de la Junta de Andalucía no les atienden los sábados y domingos.

Indignación

La sorprendente decisión de la Junta de Andalucía de considerar moderada la dependencia de la anciana de Castellar causó indignación en su día, lo que obligó a salir al paso de la polémica a la delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Jaén, Carmen Álvarez, quien para justificar la valoración de su departamento rechazó que tener más de un siglo de vida implique ser dependiente.

«Puedes tener más de cien años y no ser dependiente o tener siete años y ser dependiente», aseguró la responsable de esta consejería.

Aunque ABC comprobó sobre el terreno en febrero de 2009 la incapacidad de la anciana de valerse por sí misma para prácticamente cualquier menester, la administración autonómica, sin embargo, consideró que el estado físico de la anciana no requería atención hasta cinco años después, si bien Álvarez señaló que la administración autonómica tiene mecanismos para solventar diferencias de criterio.

Al respecto, reprochó entonces a la familia que utilizara la vía mediática en lugar de la burocrática para expresar su queja. La delegada de Igualdad y Bienestar Social dijo lamentar profundamente la opción escogida.

A su juicio, en lugar de informar a los periodistas de la situación habría debido de interponer un recurso contra la resolución.

Carmen Álvarez también cuestionó en aquel momento el tono político de la polémica por la irrupción en la misma del presidente del PP de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, quien, tras analizar el caso, señaló que el grado de dependencia otorgado a la anciana no respondía a la situación real.

«Falta de humanidad»

El dirigente popular consideró «aberrante» que se anunciara a la interesada, a través de la resolución de ayuda a la dependencia, que el programa individual de atención de la persona interesada se elaborará en los últimos tres meses de 2012.

José Enrique Fernández de Moya criticó la «falta de humanidad» de los responsables del Gobierno andaluz con la mujer. Denunció, al hilo del asunto, que los socialistas son cada día «menos sensibles con los problemas de la gente» y apostillo que únicamente cuenta con las personas mayores para pedirles el voto. El presidente del PP en la provincia de Jaén añadió que su formación pediría explicaciones a la consejera de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, Micaela Navarro, «para que se retrate y reconozca si ésta es la forma en la que trata el PSOE a nuestros mayores: con el más absoluto desprecio y sin tener en cuenta que los casos, aunque haya que agilizarlos en los trámites, hay que estudiarlos seriamente».

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