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Arenas y el caballo de Calígula

El líder del PP-A advierte a Griñán en la sesión de control que puede pasarle como al caballo del emperador, porque «cuando no hay confianza, el cambio gana para que la haya»

J. M. SERRANO

j. morillo

El Platanito, David y Goliat o el caballo de Calígula fueron ayer los protagonistas involuntarios de una sesión de control al Ejecutivo que por momentos adoptó los perfiles de un «peplum» bíblico . Y es que la referencia a todos estos personajes sirvió ayer de arma arrojadiza mutua para el «cuerpo a cuerpo» que mantuvieron en la Cámara el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y el líder del PP-A, Javier Arenas.

Sobre el tapete estaba la pregunta de Arenas, relativa a las medidas que iba adoptar el Gobierno de Griñán para recuperar la confianza en Andalucía. Pero lo que se preveía como un debate centrado en la economía se convirtió muy pronto, por la variedad de temas que planteó el líder del PP-A, en un duro cruce de críticas entre los dos dirigentes por todo tipo de cuestiones de actualidad política . Nada nuevo bajo el sol, porque ambos se enrocaron en sus respectivas posiciones, ya expresadas en anteriores sesiones de control al Ejecutivo.

Así, Griñán recordó que la Junta había sido distinguida como la administración más «transparente» —un mantra recurrente del PSOE en estos dos días de pleno—, aseguró que los que privatizan no son los socialistas sino el PP e ironizó sobre la profesionalización de la administración que pretenden los populares —«para ustedes la profesionalización es que los funcionarios trabajen defendiendo sus intereses».

Arenas, por su parte, insistió en los fallos de las previsiones económicas de la Junta —« se acaba 2010 y no llegan los brotes verdes» —, en los errores del presidente para conseguir el objetivo de la gran Caja andaluza, en los recortes sociales de la «agenda oculta» del PSOE y en los quince años que lleva el Parlamento sin una comisión de investigación.

Dos discursos irreconciliables y que se podrían resumir, en el caso de Griñán, en una agenda política sin más iniciativas por el momento que responder a las críticas del PP y solucionar el desaguisado creado con los funcionarios por el «decretazo» del sector público. En el caso de Arenas, su intervención se podría condensar en la insistencia en la falta de «confianza» que genera el presidente y que impide el despegue de la economía , algo solo solucionable, dijo, con un cambio de Gobierno.

David y Goliat

Y en ese contexto de falta de confianza fue donde el líder del PP-A sacó a colación a David y Goliat, para criticar que Griñán le reproche, comparándolo con El Platanito — torero sin suerte de la España del franquismo — que insista en pedir elecciones, cuando este nunca se «ha presentado a ninguna». «Aquí David sería yo y le recuerdo que David ganó a Goliat».

Pero las comparaciones de Arenas no se detuvieron en la Biblia y alcanzaron a Vincitatus, el caballo de Calígula al que este nombró «a dedo» senador y ganaba las carreras «por decreto», aunque llegó a perder una. «Debería darle vueltas a ese asunto —invitó Arenas al presidente—. Mire lo que ha pasado en Cataluña . Cuando no hay confianza el cambio gana para que la haya y sepa que hasta los poderosos pueden perder elecciones». Griñán respondió tirando de ironía: «Hoy se ha convertido en David, que acertó a la primera, porque si hubiera tenido que tirar cuatro veces, Goliat lo barre».

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