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Columnas / la tribu

Pelota de oro

Dar el Balón de Oro es fácil, sólo optaban tres a él. El problema sería el premio Pelota de Oro

Día 11/01/2011 - 23.37h
Medio mundo pendiente, a ver a quién le daban el Balón de Oro, si a Messi, si a Iniesta, si a Xavi. Tres talentos del fútbol que nos regalan maravillas de delineación sobre el césped cada vez que saltan a un campo de juego. Se lo dieron a Messi, ese niño al que le amarran dos madejas en los tobillos, echa a correr entre diez contrarios, y cuando llega al final del campo ha hecho, a falta de probar las mangas, un chaleco con punto del ocho. Se lo dieron a Messi, como podían habérselo dado a uno de los otros dos y aun a los tres, que entre los tres tienen en los pies diecisiete moros jugando a las tres cartitas.
Medio mundo pendiente. Se admitían apuestas, a ver a qué manos iría ese galardón que premia al mejor futbolista del mundo. No había que quebrarse mucho la cabeza, porque a fin de cuentas el Balón de Oro estaba entre tres posibilidades, Messi, Iniesta y Xavi. El problema gordo lo hubiesen tenido si tuviesen que dar el premio Pelota de Oro, pero no por la pelota de jugar a la pelota sino Pelota de Oro al tío más pelota del mundo, al más bajuno, al más rastrero, al más capaz de untarse por las aceras de la conveniencia como mantequilla por una viena. Y cuando digo el tío más pelota del mundo lo digo sin salir de aquí, ¿o acaso no conoce usted a uno que para usted es el más pelota del mundo, sin necesidad de compararlo con otro pelota de, por ejemplo, Australia? El problema gordo sería tener que dar el premio Pelota de Oro sin que hubiese que dejar tirados no a dos, como en el caso del Balón de Oro, sino a cientos. ¿Qué pelota premiaríamos más, al pelota que se hace el tonto entre políticos del poder —da igual el partido, con tal de que mande— para conseguir lo que ya no sabe cómo conseguir, o al otro pelota, el que, según en qué momento, se pega a alguien con influencias y se lo lleva a cenar, a los toros, al Rocío, a la feria y al camino de Santiago, si se tercia, porque sabe que tarde o temprano, la breva cae? Estos dos tipos de pelotas tienen un rival muy fuerte: el que va de palmero solapado riéndole al influyente los eructos públicos y hasta los pedos, que da vergüenza ya verle tanto manoseo y tanta vida de alfombra. Y a este pelota le sigue muy de cerca el coleccionista de renombres oportunos y de ocasión que hoy pega el cabezazo donde ayer pegó la puñalá, y mañana pegará la puñalá donde hoy derrama grasa de pelotillero. Dar el Balón de Oro es fácil, sólo optaban tres a él. El problema sería el premio Pelota de Oro. Para levantarlo, los pelotas se harían la pelota entre ellos.
barbeito@abc.es
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