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Columnas / CALLEJÓN DE LA VIDA

¿Alemanes superdotados?

Como me decía una amiga, madre de jóvenes en paro y peleona: «¿Es que los alemanes tienen cuatro brazos?»

Día 20/01/2011 - 20.40h
Los alemanes han conseguido pasar, en el peor año de la crisis, de una recesión que sobrepasaba el 4 por ciento a crecer más de un tres. Casi ocho puntos y la inversión de las tornas, precisamente cuando el mundo volvía a tocar la miseria de aquellos años que retrató tan certeramente el neorrealismo de la postguerra mundial. Como me decía una amiga, madre de jóvenes en paro y peleona a la que los malos vientos atizan las ganas de triunfar: «¿Es que los alemanes tienen cuatro brazos?».
Aquí, por el contrario, andamos deshojando la margarita autonómica y sin saber qué hacer con las cajas... de bombas. ¿Tienen los alemanes cajas de ahorros? ¿Tenemos nosotros más ahorros que los alemanes, como para que haya tantas cajas? ¿Cómo se las han ingeniado los teutones para reunificarse y pagar la factura en una década? ¿Por qué allí funcionan los länder —nuestro modelo— y aquí el autogobierno regional nos ha metido en el cataclismo de una deuda galopante?
Me contaba mi amiga, llevada por el mismo espíritu arrollador y meridional —que también existe— un chascarrillo rebosante de pedagogía: Una empresa dedicada al calzado mandó al continente africano a un vendedor. A los pocos días, éste remitió un telegrama a la matriz, pidiendo volver «porque aquí nadie lleva zapatos». Otra firma envió a su agente, que a las veinticuatro horas de llegar se puso en contacto con su compañía mediante este mensaje: «Aquí nadie lleva zapatos. Envíen remesa urgente».
Tal vez podríamos fomentar el turismo de cultura económica. Si no todo es cuestión de dar el callo, si hay algo más que se nos escapa, ¿por qué la Junta de Andalucía no manda a las huestes que tiene colocadas en sus empresas públicas a que se informen? Que vayan a las fábricas y los comercios alemanes a curiosear y aprender. Que se traigan las fórmulas mágicas. Que se organice algo así como un «inserso» para autónomos y parados con objeto de que espíen y le den al ojo. Ese saco sin fondo y con muchos fondos llamado cursos de formación, que no sé por qué se delega en sindicatos y organizaciones empresariales teniendo una macroadministración oficial y otra paralela, daría mucho más partido si se empleara en estas expediciones de observadores a quienes poder repatriar con un equipaje de buenas y nuevas ideas, con las maletas llenas de souvenirs productivos, no de jarras de cerveza, que para eso ya peregrinan los de fuera al templete de la Cruzcampo. Y de camino, que le enseñaran a Pepe y los suyos cómo se usa el federalismo para llegar al pleno empleo.
apgabc@gmail.com
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