Entre mansos anduvo el (poco) juego
Sólo voluntad por parte de los diestros y una entonada faena de Oliva Soto que, desgraciadamente, no acabó de alzar el vuelo
Uno tras otro, los de Alcurrucén fueron saliendo al ruedo para cantar y contar al público sevillano su manifiesta mansedumbre. Toros con una percha impecable pero ayunos de casta, buscadores de las tablas e incluso amagando con saltarlas. Así transcurrió la cuarta de la Feria de Abril , a excepción del oasis que hubo en el cuarto, un toro que tuvo mayor recorrido y, sobre todo, fijeza. Los demás, mansos hasta decir basta. Y algunos de ellos con guasa en las escasas embestidas que medio regalaron a sus matadores.
Con este panorama, ya me dirán ustedes qué pudo verse en el ruedo maestrante. Sólo voluntad por parte de los diestros y una entonada faena de Oliva Soto que, desgraciadamente, no acabó de alzar el vuelo.
Esbozos de arte
Fue, como escribíamos antes, en el cuarto. Lo recibió con gusto manejando el capote. Le dieron fuerte en el caballo al alcurrucén, que en banderillas arrolló a Óscar Reyes aunque sin consecuencias. Se dobló de manera muy torera el camero en el inicio de faena para, enseguida, echarse la muleta a la derecha. La primera serie evidenció que el astado se desplazaba con mayor fijeza que sus hermanos. Lo aprovechó Oliva Soto para enjaretar tres redondos y el de pecho. Aquello tuvo repercusión. Otra más de la misma guisa y el joven diestro que fue confiándose aunque pecó, en muchos momentos, de torear algo acelerado en series demasiado cortas. Faltó un poco más de rotundidad en su quehacer. Lo mejor, la disposición y aguante en un parón del toro al que vació inteligentemente. Fueron cuatro series a diestras para bajar el tono con la zurda, donde se sucedieron los enganchones. Y luego ya no fue lo mismo al volver a derechas. Pinchó, como suele ser habitual él, y el premio quedó reducido a una fuerte ovación.
A su bien hecho primero , que se emplazó de salida, lo toreó animoso con el capote. Pero pronto cantó el de Alcurrucén su mansedumbre, sobre todo en el caballo y en banderillas, algo que se prolongó en el último tercio. Brusco en sus embestidas, Oliva Soto sorteó las arrancadas a destiempo y la forma de revolverse en los de pecho. El de Camas no acabó de acertar en las distancias a un toro que no terminaba de humillar. No estuvo a gusto el torero y eso se le notó.
Suelto de los capotes se fue el segundo , primer de Rubén Pinar. El manchego, a pesar del numerito de la cuadrilla en banderillas, brindó al respetable. Pero se dio de bruces contra un manso que no quería pelea y que tras el primer muletazo de cada serie se iba por su cuenta a cualquier sitio menos a repetir embestidas. Vamos, que se desentendió del muchacho.
Tampoco tuvo fijeza el quinto , que fue de un lado a otro dando la sensación de estar reparado de la vista, ya que en una de las escasas arrancadas de salida se fue al pecho de Pinar. Huyó de los montados y llegó a la muleta hecho un auténtico buey de carreta del Rocío. Se negó en redondo a embestir. Insistió varias veces el torero de Albacete pero acabó desesperándose. Lo mató a la primera y el público premió su voluntad.
Su paisano Miguel Tendero se estiró toreando a la verónica al tercero. Otro toro suelto en el tercio de varas y dando oleadas en banderillas. Colada tremenda nada más iniciarse la faena, el muchacho se echó la muleta a la izquierda y ahí basó el trasteo. Mas el animal, siempre con la cara alta al final de cada muletazo, nunca rompió hacia delante. Puesto y dispuesto Tendero, se estrelló con las nulas condiciones del alcurrucén.
Más de lo mismo como fin de fiesta . El sexto huyó despavorido en cuanto sintió el hierro y hubo que picarlo tanto en la zona de la puerta de cuadrillas como en la de toriles. ¿Manso? Eso no fue nada para lo que hizo en la muleta. A pesar de ello, Tendero se fajó de veras con el astado, intentando en todo momento sacar agua de un pozo seco. Decidido el torero, anduvo muy por encima de su enemigo. No se podía hacer otra cosa ante tanta mansedumbre.
SEVILLA
REAL MAESTRANZA
Miércoles, 27 de abril de 2011. Media entrada en tarde agradable. Toros de Alcurrucén, bien presentados pero mansos de libro, a excepción del cuarto, con mayor recorrido y fijeza.
OLIVA SOTO, de sangre de toro y azabache. Media estocada y dos descabellos. Aviso (silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada (ovación).
RUBÉN PINAR, de nazareno y oro. Pinchazo y estocada (silencio). En el quinto, estocada desprendida (ovación).
MIGUEL TENDERO, de lila y oro. Estocada y dos descabellos (silencio). En el sexto, pinchazo y estocada (silencio).
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