Un artificio horario —fijar la inauguración del nuevo recinto en Los Remedios por el alcalde Juan Fernández para las nueve de la noche del 30 de abril— permitió a la Feria de 1973 —1 al 6 de mayo— vivir unas horas abrileñas. El ardid se habría de repetir tanto en 1984 —un día más de Feria, del lunes 30 de abril al domingo 6 de mayo— como en 2000 —adelantar el alumbrado a las once de la noche del lunes 30 de abril—. En 1962, once años antes del traslado a la otra orilla del río, el Prado de San Sebastián había gozado de la última Feria enteramente en mayo —también del 1 al 6—, inaugurada como fue a las 0 horas del Día del Trabajo, o sea el 31 de abril... según invento del inefable Luis Martínez Vice, irrepetible marqués de Las Cabriolas, título de \[queso de\] bola como indicó una vez a la Reina Victoria Eugenia, y sus majaretas del manicomio de «Er 77». En 1943, el Domingo de Resurrección cayó el 25 de abril y la Feria empezó el jueves siguiente, día 29, finalizando el domingo 2 de mayo. Pese a mayear la Feria sólo dos días, la portada de la caseta de «Er 77» proclamó, en taxativa aleluya, que «ni siquiera como ensayo / quiere admitir esta peña / que nuestra Feria abrileña / pueda celebrarse en mayo», junto a la cual aparecían hojas de calendario con las fechas de «abril sábado 31, abril domingo 32».
«Er 77» y su Pozo del Moyate se perdieron, como el Prado de San Sebastián acabaría por perder la Feria. Al Prado se le rompieron definitivamente las costuras por el desarrollo natural de la ciudad y el propio festejo, y habita ya en los recuerdos de una Feria más íntima y afectuosa, pero insuficiente. En 1973, año del estreno de Los Remedios —en mayo, días con lluvia y visita de la Reina Doña Sofía, por entonces Princesa—, Los Romeros de la Puebla, quienes ya piropeaban a Sevilla con sus cantes desde años antes y en este 2011 dicen adiós para siempre, añoraban en unas seguidillas —«Apuntes de Feria»— de dos grandes, Aurelio Verde y José Manuel Moya, la pérdida de la Venta de Antequera como lugar para el manifiesto de las corridas abrileñas para la plaza de toros.
(Paco Palacios «El Pali» se convertiría pronto en tributario de todas las nostalgias sevillanas, como la del antiguo pianillo que en aquella Feria de 1973 fue portada en ABC, en estampa de sabor añejo. Casi desvencijado, y cansada su manivela por tantas y tantas bodas y bautizos en corrales de vecinos, pero siempre entrañable con sus jaraneros sones, al menos se le pudo ver el primer año de la Feria allende el río...)
Otras historias
Meses antes, la Sevilla de la piqueta había derribado el teatro San Fernando y en ese mismo año de 1973 demolido el antiguo mercado de la Encarnación, cuyo solar se habría de quedar durante decenios en herida abierta en el corazón de la ciudad y este año ha terminado por convertirse en horrendo campo para la micología. Treinta y ocho años después, en una Sevilla donde se sigue derribando y a la que han desfigurado por completo, Los Remedios —con ésta, 39 ferias ya— tenía que haber cedido protagonismo en solar festivo —¡ay, planes municipales...!— al Charco de la Pava —proyecto ya imposible—, con una Feria toda en mayo. Si es por esta circunstancia de fechas en nuevo emplazamiento, habrá que esperar hasta 2038, con Domingo de Resurrección en 25 de abril... Pero ésas serán otras historias. Y usted que las viva.
