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Rosamar

Sin pufo alguno ni bacalá en Fiestas Mayores, nos ha dado la alegría de confirmar que no todos los políticos son iguales

Día 20/06/2011 - 22.30h

Miedo me da abrir el ABC por las mañanas, como le dará a usted, porque raro es el día que no viene una nueva deuda municipal que Zoido se ha encontrado al abrir un cajón. Si antes de las elecciones el propio Zoido decía que la deuda del Ayuntamiento era de 700 millones de euros, ¿cuántos serán ahora, Dios mío de mi alma, si cada día aparece un nuevo pufo?

Como lo de la vajilla de La Cartuja, que ha venido en los papeles. Cuando la boda de los Príncipes de Asturias, el alcalde Monteseirín dijo que le iba a regalar a los augustos contrayentes una vajilla de La Cartuja, pagándola de su bolsillo. ¡Tequiyá! Era un rentoy, una mentira tan gorda como eso de que la Avenida es peatonal. Porque en uno de los cajones se ha encontrado ahora la factura de la vajilla, que no pagó Monteseirín de su bolsillo y que por lo visto le pasó al Ayuntamiento. Y aparte de eso está el desvío presupuestario de la ampliación de Fibes, ¿qué falta hacía ampliar Fibes? Y están los 600.000 euros al mes que pierde Giralda TV, que son 100 millones mensuales, que se dice pronto y que hacen preguntarnos: ¿qué falta hace una televisión local pública, estando ya Tele Sevilla? Zoido tiene 166.040 razones para pegarle el cerrojazo a esa máquina de perder dinero. Y están las facturas impagadas de Urbanismo. Y está el aumento de costo de Bueno Monreal, que es el nombre que se le ha quedado al túnel de La Palmera. Hay que ver el pobre Cardenal Bueno Monreal, para lo que ha quedado. En su avenida hay ya una «Cervecería Cardenal» y un «Bar Monreal». De eso ha quedado el pobre cardenal: de túnel y de bar.

Por eso, en ese periódico que tienes que abrirlo como si te pusieras a portagayola en los chiqueros, por las deudas astifinas que salen por allí, daba gusto el otro día encontrarse con la otra cara de las monedas que debe el Ayuntamiento. Cuando Gregorio Serrano Me Das Candela, nuevo delegado municipal de un montón de cosas, entre ellas Ferias y Festejos, decía: «No he encontrado ningún pufo reseñable en Fiestas Mayores, salvo pequeños pagos atrasados sin importancia». Pues no sabe usted lo que me alegro, doña Rosamar Prieto-Castro y García-Alix, anterior delegada de Fiestas Mayores, que su Delegación sea la excepción y no haya sido el generalizado Puerto de Arrebatacapas y arrebata algo más que capas del Ayuntamiento de la coalición social-comunista que en paz descanse.

Yo sabía que Rosamar Prieto era una señora, y su sucesor lo ha confirmado. Sin pufo alguno ni bacalá en Fiestas Mayores, Rosamar nos ha dado la alegría de confirmar que no todos los políticos son iguales. Rosamar no ha sido como el resto de la partía municipal. Serrano, por ejemplo, se ha encontrado con que los gastos de las pasadas Semana Santa y Feria están ya liquidados y que no hay atrasos de años anteriores. Esos «pequeños pagos atrasados sin importancia» son una deuda con un grupo de fotógrafos taurinos y otra de 12.000 euros por reparaciones de recientes actos vandálicos en el Real de la Feria. Y lo más increíble, que debemos soltar palomas, tirar cohetes y cantar el «Himno de la Alegría»: Serrano ha abierto un cajón... ¡y se ha encontrado dinero! Dinero fresco del presupuesto para todo lo que queda por hacer en este ejercicio, y no como otros. Rosamar le ha dejado a Serrano 167.000 euros de vellón para que pueda seguir ejecutando los presupuestos de 2011. Una raya en el agua. Una alegría. Gracias, Rosamar, por el prestigio que le das a la denostada clase política. Gracias a Dios todos los políticos no sois iguales.

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