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La Unesco «pasa» de la Torre Pelli

El Ayuntamiento advierte que «si la tramitación es impecable», el proyecto seguirá adelante

La Unesco «pasa» de la Torre Pelli GOGO LOBATO

M. D. A.

El Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco , si no hay cambios de última hora, aplazará de nuevo su decisión sobre los efectos de la Torre Pelli en la zona monumental de Sevilla hasta el año que viene. Por tercera vez consecutiva, lo hizo en 2009 en la reunión que mantuvo en Sevilla, el año pasado en Brasilia y este año en París, ese comité de expertos se ha limitado a recomendar que la ejecución del rascacielos de la Cartuja se pare, una petición que ya anteriormente no tuvo efecto alguno sobre la obra.

Tras la presentación del representante del Gobierno español de un informe elaborado por técnicos designados por la anterior Corporación municipal, y en el que se defendía que la torre no afectaba al paisaje y a la visión del casco histórico, l a Unesco se ha limitado ahora a reclamar un nuevo estudio —será el cuarto— que debe incluir una evolución de los trabajos del rascacielos. Ese informe debe ser presentado antes del 1 de febrero de 2012. A partir de entonces la Unesco debe emitir su dictamen sobre si la Torre Pelli, un edificio que alcanzará los 178 metros de altura, afecta o no a los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad en Sevilla —Catedral, Real Alcázar y Archivo de Indias—, y, por tanto, los incluye en la lista de patrimonio mundial en peligro.

Esa decisión, que no será firme hasta el próximo día 29 cuando concluya la reunión de la comisión, plantea pues que se pare un proyecto cuyo coste se estima en más de 300 millones de euros en base a que «pudiera» afectar al valor universal de los monumentos citados. Para cuando la Unesco quiera pronunciarse —el documento tiene que presentarlo antes del 1 de febrero de 2012 pero no hay plazo para el pronunciamento del Comité de Patrimonio Mundial— la torre ya casi será un rascacielos. De hecho, las obras en el solar que ocupará en la isla de la Cartuja siguen avanzando a un ritmo trepidante , ya alcanza una altura de tres pisos sobre el nivel de suelo, y la previsión de los promotores es culminar la estructura en otoño de 2012.

Tras salir a la luz pública este pronunciamiento de la Unesco, el alcalde, Juan Ignacio Zoido, abogó ayer por disipar dudas para que «cada vez que un proyecto emblemático se haga en Sevilla no esté siempre la espada de Damocles de si se puede o no se puede hacer». Por parte del Ayuntamiento, añadió, la Gerencia de Urbanismo estudia ya las conclusiones del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco y sigue analizando la tramitación de la licencia de obras que permitió iniciar la torre. En ese sentido, y en alusión a una posible paralización de la torre por parte del Ayuntamiento, Zoido señaló que «si la tramitación es impecable, no hay ningún problema».

La ejecución de la torre Cajasol ha estado envuelta en la polémica desde la presentación del proyecto . La idea de ubicar un rascacielos en la zona sur de la isla de la Cartuja ha generado mucho debate entre defensores y detractores. Los primeros señalan la importante inversión que supone y la ventaja de levantar un nuevo hito arquitectónico en la ciudad; los segundos, además del impacto en el paisaje de la ciudad histórica, subrayan que no hay demanda para tanto espacio de oficina, que el edificio generará más problemas de movilidad en un área ya de por sí colapsada y que no es sostenible ni económica ni ecologicamente. La realidad es que la construcción del futuro rascacielos de la Cartuja sigue avanzando al ritmo previsto y que sus efectos sobre la ciudad, su paisaje y el tráfico, aún están por ver.

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