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El sabor de Málaga sale a subasta

El restaurante «Casa Pedro», con casi un siglo de historia, será subastado el 15 de julio por una deuda de tres millones

ABC

pablo d. almoguera

«Casa Pedro» forma parte del sabor de Málaga. Nacido en la ribera de las playas de El Palo, ha sido un icono de la tradicional forma de entender la restauración de los chiringuitos. Un rincón gastronómico con casi cien años de historia cuya luz se apaga poco a poco. Se ha convertido, según sus propietarios, en un «ilustre» damnificado de la Ley de Costas por una «promesa incumplida» que ha sumido al negocio en una espiral de créditos, una deuda de unos tres millones de euros y un concurso de acreedores cuyo final parece ser la subasta del edificio.

La historia de «Casa Pedro» arrancó en 1928 . El abuelo de Concepción Martínez, la actual dueña , puso los cimientos de lo que con el paso de los años se convertiría en uno de los negocios más señeros de la capital malagueña. Eran tiempos en los que términos como «espacio marítimo terrestre» o «deslinde» aún no habían «nacido» y los hosteleros encontraban el negocio en la arena de la playa. La situación comenzó a normalizarse en 1963 con la obtención de una concesión administrativa de ocupación del suelo público, pero en los años 80, con el proyecto del paseo marítimo de El Palo, los propietarios acordaron desplazar el negocio a la espera de revisar la línea de espacio marítimo terrestre.

La familia de Concepción, con la promesa por escrito de que legalizar la nueva ubicación era cuestión de unos trámites, decidió remozar el negocio. Al encontrarse en terreno público, tuvieron que solicitar diversos créditos personales y con ellos construyeron un nuevo edificio de dos plantas de 600 metros cuadrados cada una.

Pero la promesa de regularización de Costas se plasmó sobre papel mojado. Pasó el tiempo y «Casa Pedro» fue adquiriendo un endeudamiento merced a esos créditos que fue aumentando por la proliferación en las proximidades de otros negocios con los que la administración tenía una actitud más laxa.

La deuda, de la que más del 80 por ciento corresponde a la Seguridad Social, alcanzó en 2006 los tres millones de euros, momento en el que solicitó un concurso de acreedores. El despacho de abogados Cabra de Luna es uno de los administradores y, si nada lo remedia, este tradicional restaurante saldrá a subasta el próximo 15 de julio.

Concepción Martínez, que asegura que «todo este asunto es una cuestión política», asegura que «lo hemos pasado mal» y que «ahora es cuando estamos respirando». Confiesa que «a mi me tira mucho la hostelería», pero que se pensaría mucho continuar con el negocio a pesar de que contara con la ayuda de un socio capitalista.

La propietaria explica que lo más incomprensible de esta situación es que «el informe de deslinde de los técnicos de Costas es favorable» y que otras edificaciones que están a la misma altura que el restaurante sí han sido legalizadas.

«Hemos intentado cambiar el uso del negocio por si podíamos hacer un hotel y tampoco nos han dejado», manifiesta Concepción, quien recuerda que el establecimiento «fue la locomotora económica del barrio». Preguntada por si detrás de tantas trabas pudiese existir algún interés, señala que no lo puede asegurar pero que, al igual que los letrados del bufete Cabra de Luna, «quien consiga inscribir esos terrenos da el pelotazo».

Esta empresaria confiesa que el final de «Casa Pedro» está siendo «muy doloroso» y a su mente vienen los esfuerzos de su padre para sacar el restaurante adelante. «Era un enamorado de su negocio y nos hemos dejado la piel y la salud para mantenerlo, pero estoy muy cansada», responde a si piensa emprender acciones legales por el acuerdo roto.

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