Un colegio en la nada

D No lo parece, pero lo es. Entre montones de tierra, terraplenes, caminos fangosos, porquería y jaramagos, está ubicado el colegio Corpus Christi, en pleno descampado entre la avenida de La Raza y el barrio de Heliópolis. Este centro educativo en el que estudian 86 niños lleva cinco años en esta situación ante la desidia municipal y pasividad de la Junta de Andalucía. El proyecto de construcción de un parque sobre el antiguo cauce del Guadaíra con el que se pretendía convertir en zona verde esos espacios —que hoy siguen siendo descampados inmundos— se enmarcaba en un ambicioso acuerdo entre el Ayuntamiento de Sevilla y la Confederación Hidrográfica firmado en 2003 y se encuentra paralizado desde 2007, pues al poco tiempo de iniciarse, se vio modificado por completo al descubrirse una red de fibra óptica no prevista.En la actualidad, según la delegación de Urbanismo —que recientemente ha proyectado obras de adecuación de los entornos de los colegios Lope de Rueda y Lora Tamayo, en

Sevilla Este y Bellavista— la zona depende de la Autoridad Portuaria y de la Junta, a los que, les ha escrito ya al respecto. Ahora que Sevilla quiere ser Ciudad Amiga de la Infancia, quizá habría que prestar atención a estos detalles.

Estar situado en medio de un descampado trae consigo graves problemas colaterales para este centro educativo como la suciedad, el vandalismo y la falta de seguridad. «Tanto el Ampa como la dirección, hemos escrito y llamado en numerosas ocasiones a la Administración municipal y a Lipasam, que se limitaba a hacer limpieza periférica una vez cada cierto tiempo», explica Manuel Toledo, director del colegio que reconoce que «desde una reunión celebrada en octubre con la delegada entrante del Distrito Bellavista-La Palmera, Pía Halcón, la limpieza se está realizando con más frecuencia, aunque lo ideal sería una vez a la semana».

Los ataques vandálicos son algo habitual, sin ir más lejos hace poco destrozaron las verjas, recién puestas nuevas empotrando un coche. Pandillas de chavales hacen botellón junto al colegio, destrozan las vallas y rompen las botellas, dejando los cristales esparcidos en las inmediaciones. «Este verano sufrimos una agresión, tres individuos de 13 y 14 años y rompieron cristales televisores, estufas, entre otros enseres y otras instalaciones», comenta Toledo, que asegura que «la Policia frecuenta la zona y el equipo de Bami nos atiende muy bien, pero eso no parece suficiente para evitar este tipo de incidentes». Además, es frecuente que coches con parejas que aparcan en los descampados por las noches dejando preservativos usados y todo tipo de basura a las puertas de esta escuela primaria.

La dirección del centro, en la reunión con la delegada fue informada de que en noviembre empezarían las obras, de las que aún no hay rastro. Fuentes del distrito han señalado que se han comprometido a colocar «dos bolardos a las puertas del colegio solicitados por el director para evitar que aparquen», aunque no podrán ser colocados hasta enero por «falta de presupuesto».

El colegio confesional católico de las Escuelas Parroquiales de la Archidiócesis, fue fundado en los años 60 por, Rafael Escalante, párroco del Corpus Christi y desde su nacimiento conserva un arraigado compromiso de «función social» y «educación en valores». Los alumnos están adscritos en infantil al colegio La Providencia, en Polígono Sur y para secundaria a Claret.