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Pelea de gatos en Triana

Un vecino denuncia a su comunidad por pretender envenenar a los gatos callejeros si se les sigue alimentando

Pelea de gatos en Triana J.A. RODRÍGUEZ

josé antonio rodríguez

Ha ocurrido en Triana, en la Plaza Virgen de la Amargura , enclavada entre las calles Alfarería y Tejares y vecina de la Ronda de Triana. Desde hace tiempo, una comunidad felina merodea por la plaza, duerme sobre los coches y hace sus necesidades en el lugar.

Esta comunidad de gatos callejeros ha crecido porque hay vecinos que se encargan de alimentarlos, creando una especie de efecto llamada. Pero ese efecto llamada ha tenido, también, eco en una plaga de ratas que se ha instalado en la zona y que, igualmente, acude a buscar alimento entre los restos que los vecinos han dejado para los gatos.

La situación ha llegado a tal extremo que la intercomunidad de vecinos ha rogado, mediante cartelería, que los inquilinos no alimenten más a los gatos. La decisión se toma "siguiendo las recomendaciones de la empresa responsable del tratamiento para erradicar esta plaga" de ratas, asegura Jesús Olmo, presidente de la intercomunidad Plaza Virgen de la Amargura.

Sin embargo, lo que ha sembrado la polémica es el aviso de "proceder a envenenar los alimentos" en el caso de que los vecinos persistan en el hábito de servir comida a los gatos.

De hecho, la reacción no se ha hecho esperar. Eduardo Guzmán, uno de los vecinos que discrepa con esta prohibición se ha encargado de recordar que " el uso de venenos está prohibido por la legislación española y tipificado como delito en el Código Penal".

De hecho, se ha puesto en contacto con diversas asociaciones protectoras de animales con objeto de recibir asesoramiento para poner una denuncia si prospera la medida planteada por la intercomunidad.

Guzmán advierte del riesgo para los niños y el resto de animales domésticos que supone envenenar los alimentos de los gatos. Igualmente, propone otro tipo de soluciones para erradicar la plaga de ratas tales como poner rejillas en desagües y tapar hoyos o mantener mayor limpieza en la plaza.

Y mientras esta disputa sucede entre los vecinos, gatos y ratas conviven en el lugar... sin pelearse.

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