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Torrijos tramitó el envío de una grúa a Cuba a través de Merca y DeSevilla

Usó en 2009 fondos de la fundación de la lonja, de la que fue patrono, para llevarla a La Habana tras el huracán Ike. Un año después, incluyó la misma ayuda entre los proyectos de la otra fundación

ALBERTO GARCÍA REYES

El 5 de enero de 2009, apenas unos días antes de que se produjera la grabación de Fernando Mellet y Daniel Ponce —responsables de Mercasevilla— que dio origen a todo el caso de corrupción que rodea a la lonja pública sevillana, su Fundación envió una grúa a la Asamblea Provincial del Poder Popular de La Habana. Esa «plataforma elevadora» fletada desde Barcelona, según consta en la documentación que ya publicó ABC el 20 de diciembre de 2009, fue una donación impulsada por el entonces vicepresidente segundo de Mercasevilla, Antonio Rodrigo Torrijos, y uno de los principales promotores de la creación de una Fundación Socioasistencial en la lonja. No en vano, en las actas de los consejos constan frases suyas en las que defiende que este organismo «ha producido el trasvase de beneficios a importantes actividades sociales y culturales». Ahora se sabe que estos beneficios eran falsos, que las cuentas estaban maquilladas y que la Fundación tuvo que liquidarse con un agujero negro de 4,5

millones de euros. Pero para Torrijos fue un importante instrumento de acción política, ya que desde allí subvencionó a distintas asociaciones del Polígono Sur y hasta organizó cursos para los vendedores ambulantes en los que éstos cobraban por asistir. Es más, esos pagos los efectuó su directora de área en la Delegación de Relaciones Institucionales, María Teresa Maqueda, que no tenía ninguna vinculación con Mercasevilla.

Lo cierto es que en enero de 2009 gestionó el envío de la grúa, valorada en 35.960 euros, desde Mercasevilla, una iniciativa que justificó explicando en su blog que se trataba de una ayuda para la reconstrucción de viviendas en La Habana tras el paso de los huracanes Gustav e Ike y que «la Fundación respondió a la solicitud cubana con el envío de material logístico (una grúa, concretamente) para ayudar en las labores de reconstrucción». Además, según Torrijos, «el envío de la grúa y otros elementos solidarios se anunció en el marco de una visita oficial de una Delegación de la Asamblea del Poder Popular de la Ciudad de la Habana, una colaboración inserta en el desarrollo del Convenio de Colaboración y Hermanamiento entre las ciudades de La Habana y Sevilla que fue aprobado con luz y taquígrafos por el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla». En efecto, esa visita se produjo en octubre de 2008 y la Fundación Mercasevilla, donde Torrijos parecía tener voz de mando, accedió a la petición.

D Lo llamativo del caso es que también lo hizo otra fundación municipal, DeSevilla, gestionada por IU. De hecho, un documento interno firmado por el gerente de este organismo, Miguel López Adán, instó a reformar los proyectos de la subvención de 990.000 euros otorgada por Torrijos en diciembre de 2008 para poder incluir el mismo que ya había subvencionado Mercasevilla. «Teniendo en cuenta los daños ocasionados por los últimos huracanes que han azotado a Cuba, hemos considerado, dada la urgencia, adquirir un grupo de equipos de transporte especializados que contribuirán a resarcir los daños causados a un grupo significativo de viviendas», relata el documento de López Adán de enero de 2009. En total, DeSevilla iba a sacar 175.500 euros de la subvención que Torrijos había dado para 13 proyectos de cooperación directa eliminando uno dedicado a la compra de microbuses para la campaña antivectorial contra el mosquito Aedes Aegipthy y reduciendo a la mitad la compra de contenedores de

basura previstos para La Habana.

Según los documentos de la Fundación DeSevilla que maneja este periódico, esa solución urgente no era posible, por lo que no se reformó la subvención. Pero Torrijos no se dio por vencido y el 22 de octubre de 2009, muchos meses después de los huracanes, firmó otra subvención a DeSevilla de 915.032 euro en la que se incluía un «proyecto de colaboración para la rehabilitación de viviendas a través de las brigadas constructoras a favor de los damnificados en Ciudad de La Habana por los efectos de los huracanes Gustav e Ike». En total, se destinaban 355.088 euros, 150.000 de ellos para la compra de «plataformas elevadoras» como la que ya había enviado desde Mercasevilla.

López Adán renunció a la subvención de Torrijos porque no podía justificarla. Pero la intención del entonces primer teniente de alcalde de subvencionar dos veces el mismo proyecto está en los papeles. Además, los huracanes arrasaron La Habana en septiembre de 2008 y, pese a la urgencia, Torrijos aprobó la ayuda de DeSevilla un año después de la catástrofe y diez meses más tarde de su propio envío de una «plataforma elevadora» desde Mercasevilla.

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