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Túmbala cifra en 2,2 millones el derribo de 10 plantas del rascacielos

La plataforma dice que no habría que indemnizar si Cajasol lo deja en 17 plantas

Túmbala cifra en 2,2 millones el derribo de 10 plantas del rascacielos vanessa gómez

m.j. pereira

Túmbala, la plataforma ciudadana contra la Torre Pelli , cifra en 2,2 millones de euros la cantidad que el Ayuntamiento tendría que pagar a Cajasol si el TSJA anula la licencia y le obliga a derribar diez plantas. Si hay acuerdo para reducir altura y se mantienen las diecisiete plantas actuales no habría que indemnizar a Cajasol, a juicio de Túmbala, porque la promotora podría repartir por la parcela los 19.000 metros cuadrados de las 23 plantas que le restan por construir.

José García Tapial , ex jefe de Planeamiento Urbanístico del Ayuntamiento de Sevilla y miembro de Túmbala, recordó que «hay dos recursos presentados por ciudadanos ante el TSJA por entender que la licencia se otorgó en virtud de un Plan Especial que vulneró el PGOU al autorizar 40 plantas, cuando en la zona sólo se permiten seis». A su juicio, demoler diez plantas , cada una con 1.383 metros cuadrados, costaría 2,2 millones de euros, que sería la indemnización que el Ayuntamiento tendría que pagar a Cajasol si finalmente el TSJA anula la licencia. «Nada que ver con los 200 millones de euros que alega la promotora para acobardar al personal y hacer doblar la cerviz al Ayuntamiento», añadió.

Sin embargo, Túmbala asegura que esa indemnización no saldría de las depauperadas arcas municipales, sino de la propia Cajasol, que habría pagado por tasas de licencia 2,4 millones en virtud de un proyecto valorado en 130 millones, cuando en realidad debería haber pagado 5,5 millones de euros porque el presupuesto final superará los 300 millones.

Sobre la posibilidad de que Cajasol acuerde con Urbanismo no elevar la torre más allá de la planta número 17 construida actualmente, José García Tapial añadió que la edificabilidad que se pierda en altura en la Torre Pelli podría repartirla Cajasol en los dos edificios que acompañan al rascielos, aumentando su altura de dos a 4 y 5 plantas, respectivamente. Por esa razón, declaró que la reducción de altura del rascacielos —«que no tiene informe de impacto ambiental y sobre el que pesa un expediente sancionador de la Agencia de Seguridad Aérea»— no generaría una obligación de indemnizar, salvo que se «demostrara la existencia de un lucro cesante y que éste fuera reconocido y valorado por los tribunales, lo que no puede argumentarse en el presente caso, dado que la amplia dimensión de la parcela permite sobradamente la materialización de esa edificabilidad perdida en otro emplazamiento».

Por otra parte, los portavoces de la plataforma Túmbala han denunciado «la actitud prepotente de Cajasol que, no sólo no ha ofrecido diálogo en ningún momento, ni demostrado sensibilidad ante las solicitudes reiteradas de reconsideración, tanto de Unesco como de otras instituciones sino que ha incrementado el ritmo de los trabajos, con hasta tres turnos diarios , amén de domingos y festivos, lo que supone un desafío y un desprecio, cuando lo que se aconsejaría es prudencia».

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