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Catedrática (CEU) de Matemática Aplicada y bloguera de éxito

Clara Grima: «A los políticos les hace falta saber más matemáticas para que les salgan las cuentas»

¿Quién dijo que las matemáticas eran aburridas y difíciles? Clara Grima ha demostrado lo contrario con cuentos, juegos, acertijos y dibujos en «Mati y sus mateaventuras», que ha ganado el sexto premio al mejor blog español

Clara Grima: «A los políticos les hace falta saber más matemáticas para que les salgan las cuentas» FELIPE GUZMAN

m. j. pereira

—Con «Mati y sus mateaventuras» ha ganado la sexta edición de los premios 20 Blogs y el Premio Bitácora al mejor blog de Educación 2011. ¿Cómo surgió la idea?

—Mis hijos Ventura y Salvador, de 7 y 9 años, son los responsables.Un día escribí en mi blog las preguntas que me hacía mi hijo pequeño, Ventura, sobre el infinito. Para él, «eso del infinito era algo que se habían inventado los matemáticos cuando ya estaban cansados de contar». Una portada de promoción de blogs recogió ese comentario y ese día recibí 20.000 entradas en una sola mañana. Raquel García, que estaba escribiendo un libro sobre frases ingeniosas de niños, me preguntó si podía usar algunas de las frases de Ventura en su libro. Oriol Molas, el mismo editor del libro de Raquel García, se metió en mi blog y vio que también había volcado otras conversaciones de más nivel con mi hijo mayor Salvador, que había inventando un algoritmo para aprenderse las tablas a partir del 5 sin memorizar. Oriol me preguntó si podía hacer un libro para que los padres pudieran jugar con sus hijos con matemáticas sin que tener que estudiarlas. Ahí empezó la idea de «Mati y sus Mateaventuras». Estoy escribiendo un libro y testando los juegos y acertijos en el blog Pequeño Libro de Notas. Aunque publique el libro, cada quince días saldrá un nuevo capítulo de Mati, ilustrado por Raquel García.

—¿Por qué las matemáticas tienen fama de difíciles y tediosas?

—Porque lo repetimos continuamente.

—¿Y no será culpa de los profesores, que no las hacen interesantes?

—Las matemáticas, la literatura, la geografía... pueden ser muy aburridas si el profesor no es bueno. A mí me pasó con Geografía porque tuve un profesor que me aburría.

—También está mal visto eso de tener la mente cuadriculada.

—Las noticias y las películas han contribuido a perpetuar la imagen del matemático ermitaño y bicho raro. Me refiero por ejemplo, a John Nash, que inspiró la película «Una mente prodigiosa», o Grigori Perelman, que en 2006 rechazó la medalla Fields (análogo al Premio Nobel de Matemáticas, que no existe) y en 2010 rechazó un premio de un millón de dólares concedido por el Instituto de Matemáticas Clay por resolver uno de los siete enigmas matemáticos del milenio. Las noticias subrayan más la excentricidad de esos científicos que sus aportaciones a las matemáticas.

—Siempre se ha dicho que España es un país de letras ¿Es algo genético o educacional?

—Genético no. Creo que es más bien algo cultural. A lo mejor es que en la India ven menos la televisión y se entretienen más con el ajedrez o pasatiempos matemáticos (risas). En Japón, unas de las personas más famosas es Jin Akiyama, que tiene un programa en la primera cadena de televisión de ese país en prime time y que explica problemas matemáticos de forma sencilla. A Jin, al que conozco personalmente porque también hace Matemática Discreta, le piden autógrafos los estudiantes del Instituto cuando pasea por la calle. Aquí eso pasa sólo con Villa, Ronaldo o Bisbal.

—Hubo un tiempo en que se decía que la letra con la sangre entra. ¿Y los números, cómo entran en la cabeza de los niños?

—Con caramelos. Los niños aprenden a contar cuando tienen que repartir caramelos. Dale una tiza a un niño en el patio y te dibuja el Diagrama de Voronoi, repartiendo perfectamente lo que es de ellos y de los demás.

—Quizá por la aversión que existen a las matemáticas, a los políticos españoles no les salen nunca las cuentas y así nos va con el déficit.

—(Risas) No sé si no les salen las cuentas o no quieren que les salgan. Lo que está claro es que hace falta más gente que sepa matemáticas en la clase política para que les salgan las cuentas.

—Ha introducido la Geometría Computacional y la Teoría de Grafos entre los acertijos de Mati. ¿Hará lo mismo con el famoso logaritmo neperiano?

—No está el logaritmo neperiano, pero si el logaritmo en base diez. Lo metí en el capítulo 8 a raíz del terremoto de Fukushima. Alguien dijo que el terremoto era de intensidad 9 en la escala richter, el doble del que había habido en otro país, que fue de intensidad 4,5, cuando en realidad es 10.000 veces mayor porque la escala es logarítmica.

—Muchos estudiantes se preguntan: ¿para qué me servirá el número Pi o el logaritmo neperiano en mi vida?

—Se puede vivir sin saber el logaritmo neperiano, pero no ocupa lugar saberlo. Los medios tecnológicos nos dan tanta información hoy que ya no hace memorizar los reyes godos porque cualquier niño tiene un ordenador y lo puede consultar. Ahora que no tenemos que memorizar tantos datos y repetirlos como cotorras, ¿por qué no usar el espacio libre que nos queda en la cabeza para pensar?

—¿Cómo llegan los alumnos de la Logse a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática?

—Ufffff, Hay de todo, pero llegan con carencias, pero no sólo de matemáticas, sino de ortografía y de actitud. Llegan con muy poco espíritu de trabajo, pero no lo le echo la culpa al instituto sino a la sociedad, a la televisión... porque ahora se premia a los que son guapos, ricos, famosos y a los que pegan el pelotazo, no la cultura del esfuerzo o del trabajo. El problema no son los planes de estudio, sino que se idolatre el éxito rápido. Es penoso que Belén Esteban sea más famosa que cualquier señor que trasplante un riñón o una cara. Por otra parte, los niños están indefensos ante la televisión. Los programadores de televisión deberían controlar para proteger a la infancia.

—En matemáticas ¿cómo andan los estudiantes sevillanos y andaluces respecto a la media española?

—Mis colegas de Santander, Cantabria... me dicen que el problema del bajo nivel de los estudiantes que llegan a la Universidad es algo generalizado.

—¿La solución es dar un ordenador a cada alumno, como ha hecho la Junta? Muchos los usan más para chatear que para estudiar.

—Que todos los niños tenga un ordenador, me parece una idea fantástica si el profesor lo gestiona bien. Los ordenadores son un buen instrumento para aprender, pero los profesores tienen que enseñarles a usarlos y los padres vigilar su uso.

—¿Piensa que es realmente es necesaria tanta tecnología en las aulas?

—Sí. Tenemos que aprovechar su potencial para adaptarnos a los tiempos porque ya no vamos a caballo ni lavamos en la pila.

—¿Está de acuerdo en separar a los alumnos más brillantes para potenciar la excelencia?

—No lo tengo claro. En algunas clases sí y en otras no. A mí adelantaron de curso y no me pasó nada.

—La Junta destina casi 400 millones de euros a la Universidad de Sevilla. Resulta curioso que, salvo la Pompeu Fabra, ninguna universidad española ni andaluza figure en el ranking de Times de las 200 mejores del mundo. ¿Qué está fallando?

—Pues falta invertir más dinero en investigación en lugar de recortar, que es lo que van a hacer ahora. No hay mejor investigación porque el país sea rico sino que el país es rico porque hay mejor investigación. La investigación es el motor para todo.

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