Peter Greenaway: «Espero que Hollywood muera pronto»

Peter Greenaway (Newport, Gales, 1942) puede ser visto como un gran realizador de cine, un pintor, un artista de lo audiovisual, pero sobre todo no deja de ser un creador provocativo que visitó ayer Sevilla para pronunciar una conferencia y presentar su pieza «Las bodas de Caná» en el seno del Festival Universitario de Arte y Cultura Digital (Ubicua 12) de la Universidad de Sevilla.

Greenaway apuesta por hacer un cine totalmente audiovisual, en donde el poder de las imágenes venza de una vez a la tradición occidental de las palabras, por la que se ha regido el séptimo arte desde su creación hace más de un siglo. En ese sentido, el autor de «El contrato del dibujante» comentó que «he enarbolado la bandera de la revolución digital para hacer un cine nuevo», a la par que reconoció que «es la hora de que llegue ese nuevo cine, porque el cine de nuestros padres y de nuestros abuelos está agotado», añadiendo que «espero que Hollywood muera pronto».

A este respecto, Greenaway señaló que se une a la corriente de pensamiento de Umberto Eco, quien reconoce que «después de 8.000 años de maestría textual, ha llegado el momento de quitar a los maestros de los textos y de empezar una nueva forma de comunicación a través de la revolución audiovisual».

Greenaway presentó ayer en la sede del Cicus su nueva obra, «Las bodas de Caná», una instalación audiovisual basada en el cuadro de Veronés que se proyectará en el patio de la sede de la calle Madre de Dios hasta el próximo día 20 de abril. En este proyecto se recrea la obra del maestro del Renacimiento italiano, combinando imágenes, voces, sonidos y música.

Otra de las cosas sobre las que incidió el realizador de «El vientre del arquitecto» es que con las nuevas tecnologías se va a superar la trinidad que se da en el cine de producción, distribución y exhibición gracias a que «todos podemos ser un director de cine con el uso de los móviles, las videocámaras o las cámaras fotográficas digitales». A esto añadió que «el cine se ha democratizado», mientras que criticó los canales de distribución, a los que consideró «unos parásitos».