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Descubriendo el patrimonio de Santa Ana

La Real parroquia cobija una de las mejores colecciones de pintura de Sevilla, encabezadas por las tablas de Campaña

Descubriendo el patrimonio de Santa Ana raúl doblado

aurora flórez

Al final de la calle Larga, esa calle Pureza tantas veces recorrida por los trianeros, se alza la iglesia más antigua de la reconquistada Sevilla, que mira al río con el orgullo de sus casi setecientos cincuenta años. Santa Ana, levantada en 1266 por Alfonso X el Sabio en honor de la Madre de la Virgen María en agradecimiento por su curación de una enfermedad ocular, es uno de esos grandes templos que merece la pena visitar con detenimiento porque nos abrirá las puertas de su historia, de su patrimonio, sus recuerdos y sus leyendas, unidos a la génesis de la propia ciudad y del arrabal.

La más espectacular y valiosa atracción artística de la iglesia es el conjunto de las quince tablas renacentistas que Pedro de Campaña, el pintor más afamado que vivió en la cosmopolita Sevilla del siglo XVI y uno de los más importante del Renacimiento español, concibió para el retablo de la capilla mayor, recreando la vida cotidiana de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana . Lucen en todo su esplendor tras la restauración realizada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico entre 2008 y 2010.

En el centro destaca el camarín con el grupo escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, de estilo fernandino . Las dos primeras corresponden al siglo XIII mientras que el es Niño de factura contemporánea.

A la izquierda del retablo, en la Nave de la Epístola, se encuentra la Capilla del Calvario , en cuya cúpula podemos ver pinturas al temple de Domingo Martínez. El espacio, que da paso a la Sacristía está presidido por el Cristo del Socorro , de 1620, atribuido a Andrés de Ocampo. Allí también podemos fijarnos en un gran pergamino enmarcado del siglo XIX con la transcripción del cronicón original de la fundación de la iglesia en 1266.

Partiendo de esta capilla se comprueba que, añadidas a las magníficas tablas de Campaña, hay un valioso fondo pictórico en Santa Ana que la convierte en poseedora de la mejore colección de pinturas después de la Catedral. Un Resucitado de Alfonso Vázquez; una Maternidad, de Juan de Zamora; o un espléndido díptico del Maestro de Moguer , con la Adoración de los Reyes y las Santas Justa y Rufina.

Detalles hay miles para admirar en el templo, como el retablo de las santas alfareras; las capillas de San Cristóbal, San Francisco, Ánimas del Purgatorio, Divina Pastora, Virgen de la Victoria, San Joaquín, Madre de Dios del Rosario, la Sacramental... y no se pierdan la lauda sepulcral de Íñigo López, de 1503 , primera obra que el ceramista Niculoso Pisano hizo en Sevilla, que aparece enrejada para evitar las patadas de las jóvenes casaderas.

No dejen de visitar la cripta-museo , donde se exponen enseres litúrgicos de la parroquia, desde r elicarios a esculturas pasando por una infinidad de objetos religiosos , como cálices, cruces, viriles, copones, de cobre y plata

También tiene Santa Ana seis maravillosas tablas de Hernando de Esturmio , pintor holandés también del Renacimiento, que necesitan ser restauradas , al igual que otras obras, imágenes y capillas del templo, así como el órgano, con la estructura mecánica deterioradas. En el exterior, necesitan restauración la torre y los remates de cerámica, fundamentalmente.

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