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un año de trabajos

Desmontan el andamio del retablo mayor de la Magdalena

A mediados de octubre se podrá contemplar al completo el extraordinario trabajo que han desarrollado los restauradores

Desmontan el andamio del retablo mayor de la Magdalena juan flores

Aurora flórez

Ha sido un año duro pero lleno de satisfacciones para Almudena Fernández y José Joaquín Fijo , los licenciados en Bellas Artes que dirigen la restauración del retablo mayor de la parroquia de la Magdalena, que con sus más de dieciocho metros de altura, es el segundo más grande después del de la Catedral.

Desde la pasada semana se procedió al desmontaje del andamio y la retirada del trampantojo de la fotografía que ha cubierto el espacio, aunque estos expertos seguirán trabajando en el banco, la parte inferior, y en el camarín de María Magdalena, pero las previsiones apuntan a que en unos días estará expedito , aunque habrá que esperar hasta al menos mediados de octubre para contemplar esta obra barroca espectacular que no se tocaba desde su construcción en el siglo XVIII, entre los años 1709 y 1724.

El retablo permanecía velado, lleno de opacidades, oscurecido y sin cromatismo visible, a causa del paso del tiempo y del humo, cubierto con capas de suciedad de hasta veinte centímetros , y además, presentaba muchas pérdidas de pequeñas pieza, de las que se han recuperado tal cantidad que ha llenado dos grandes cajas, algunas bajo la propia amalgama del polvo y la cera acumulados y apelmazada por la humedad, recolocándose aproximadamente un 95 por ciento en sus lugares originales .

Los trabajos de la segunda fase , que comenzaron el 21 de septiembre del pasado año y en los que han participado hasta seis personas , incluidos los directores del proyecto de restauración, han sido a jornada más que completa, con el traslado a las horas de las misas en el altar mayor a una sala en la que seguían actuando sobre figuras pequeñas. Han retirado capas de polvo, fijado los estratos, reubicado las piezas y consolidado la estructura completa, que, afortunadamente, tenía el anclaje al muro en buen estado, además de acabar con los xilófagos que habían atacado los paneles bajos. Han conocido cada uno de los más pequeños detalles de esta perfecta mole de noble cedro y humilde pino, ciprés y oro, y contado y sanado sus daños, que hablan de su historia y de sus usos.

El dinero: 330.000 euros, 155.000 de ellos aportados por la Real Maestranza de Caballería , que, como se recordará, también financia, entre otras obras, la restauración de la capilla de Rocamador de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo. El resto se va consiguiendo gracias al empeño del párroco, Antonio Fernández, y a la generosidad de la feligresía, que también respondió cuando se emprendió la restauración de las cuatro primeras esculturas.

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