Llega a Sevilla la primera exposición de Ai Weiwei en un museo español

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) ha presentado este jueves la primera exposición individual en un museo español del artista y disidente chino Ai Weiwei. La anterior muestra fue de pequeño formato en la galería madrileña Ivorypres. La exposición inaugurada este jueves abarca la mayor parte de formas de producción del artista, entre ellas, instalaciones, cerámicas, vídeos y fotografías que ocupan la sala monumental y otras salas del Monasterio de la Cartuja, sede del CAAC.

Ai Weiwei, el artista chino de mayor proyección internacional, no ha podido desplazarse a Sevilla para la presentación de esta primera muestra en España porque el Gobierno chino, al que se ha enfrentado en múltiples ocasiones y que ha ordenado su detención y su arresto domiciliario, como a otros disidentes políticos, le impide salir del país. Sí ha podido enviar el artista un vídeo personal de agradecimiento al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo por exponer su trabajo y agradecer el interés del público por sus obras.

Entre ellas, se incluye una instalación que pudo verse en la Sala de Turbinas de la Tate Modern londinense, formada por unos 150 millones de pipas de porcelana, que pesan unas 100 toneladas y que causó gran expectación cuando se expuso por vez primera. La «versión sevillana», que ocupa una de las salas del monasterio, se ha reducido a unos 3,3 millones de pipas, que pesan unas cinco toneladas.

Cada una de esas pipas fue pintada a mano por unas 160 personas que tardaron dos años en terminar su trabajo. Según uno de los comisarios de la exposición y director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes, se trata de «una alegoría en favor del trabajo artesanal y en contra de la producción salvaje e industrial» que caracteriza a la economía china y que la ha colocado a un paso de superar a Estados Unidos como el país con mayor producto interior bruto del mundo.

Otra de las instalaciones que puede verse desde este juves en el CAAC es una enorme lámpara de varios cuerpos con millones de piezas de cristal rojo que un numeroso equipo de trabajadores del museo sevillano tardó dos semanas en montar a un ritmo de doce horas diarias. La lámpara, que no cuelga del techo sino que está en el suelo de una de las salas del Monasterio, como si acabara de caerse al suelo, trata de reflejar, según el propio Ai Weiwei, la decadencia del régimen político comunista chino y de su capitalismo de Estado.

También puede verse en el CAAC otra instalación formada por noventa vasijas de porcelana, dispuestas en filas aparentemente iguales, pero que tienen algunas diferencias en su decoración, que tratan de reivindicar el trabajo artesanal y la tradición china frente a las copias e imitaciones del modelo económico actual implantado en ese país.