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Jordi Savall: «En España me parece un milagro que sobreviva un festival como el FeMÀS»

Actúa al frente de su grupo, Hespèrion XXI, este miércoles en el Festival de Música Antigua de Sevilla

Jordi Savall: «En España me parece un milagro que sobreviva un festival como el FeMÀS» kako rangel

andrés gonzález-barba

Jordi Savall (Igualada, 1941) es uno de los grandes genios de la música antigua en la actualidad. Este miércoles actuará de nuevo en el Festival de Música Antigua de Sevilla (FeMÀS 2014) con el grupo Hespèrion XXI, que él mismo fundó hace cuarenta años junto a su mujer, Montserrat Figueras. En el Centro Cultural Cajasol interpretará un programa titulado «Folías & Canarios. Del antiguo al Nuevo Mundo».

Según admite este músico a ABC, es un programa que presenta desde las folías más antiguas, algunas versiones instrumentales de «El cancionero de Palacio», como «Rodrigo Martínez» —sobre el grupo improvisará—, para luego recorrer las folías de Diego Ortiz. «A partir de aquí le daremos a cada instrumento, a la guitarra, a la viola de gamba y al arpa, posibilidades de interpretar piezas que están relacionadas directa e indirectamente con esta música de la época». En la segunda parte ofrecerán versiones de este tipo de folías, como la guracha, la cachua e incluso el «Jarabe loco», que son piezas del Nuevo Mundo, y que alternan con folías barrocas de Antonio Martín y Coll o el «Fandango» de Santiago de Murcia.

Preguntado por el FeMÀS, que la logrado sobrevivir a los recortes y a otras adversidades durante 31 años, Jordi Savall admite que «en España sí me parece un milagro que haya sobrevivido un festival así. Detrás de esto hay una serie de personas que han estado luchando para que el festival permanezca, así como un mínimo de sensiblidad por parte de la Administración, que ha permitido que esto sea posible. Esto no es de extrañar porque Sevilla siempre ha sido una ciudad que ha tenido a la música como una base de su cultura». Además, Savall elogia la labor del director de este festival, Fahmi Alqhai: «Conozco muy bien a Fahmi porque ha trabajado muchos años con nosotros y es una persona muy válida y con tenacidad. Lo que está haciendo aquí es muy importante y yo pienso que hay que apoyarle porque es una labor que tiene una gran dimensión cultural».

«Las instituciones no se dan cuenta de que los músicos somos una especie de museos vivientes de la música»

Respecto a la situación que viven los jóvenes músicos en España, que se tienen que marchar al extranjero porque aquí no encuentran oportunidades, el director de Hespèrion XXI asegura que «en estos momentos yo diría que la música está viviendo una gran decadencia porque siempre ha sido la pariente pobre de todas las artes y actualmente más que nunca. A pesar de que hay conciertos como éste que vamos a ofrecer en Sevilla y que está promovido por el Centro Nacional de Difusión Musical , creo que esta política de promover conciertos debería crecer mucho más». Asimismo, Savall dice que «las instituciones no se dan cuenta de que los músicos somos una especie de museos vivientes de la música. El Estado y las demás administraciones suelen apoyar los museos y todo el patrimonio tangible, pero hay un patrimonio intangible que es la música que no está lo suficientemente apoyado en cuanto a fomentar la investigación y poder dar vida a estos nuevos repertorios».

Jordi Savall fue nombrado junto a su mujer, Montserrat Figueras, embajador de buena voluntad de la Unesco en el año 2009. Con respecto al papel que debe jugar la música en los conflictos humanos, este violagambista afirma que «esta responsabilidad que tengo a través de la Unesco como embajador de buena voluntad la concreto a través de proyectos musicales que hemos hecho en distintas zonas conflictivas, como Siria, los Balcanes, las músicas de Armenia, el mundo sefardí o Turquía. Esto me permite unir en la escena a músicos de etnias y tradiciones muy diferentes que en el terreno están en conflicto pero que se juntan para hacer música».

Asimismo, este músico e investigador reconoce con respecto a dichos conflictos que vivimos en todo el planeta que «el problema fundamental de todo esto es que debemos poner de nuevo al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones. En este momento en que estamos viviendo una situación de una crisis tan grave y vemos que a la gente le falta ilusionarse por las cosas, estamos en una situación en la que tenemos que poner al hombre al frente de las cosas. Hay que pensar en la persona humana. Un ser humano para llevar una vida digna necesita un medio de expresión, también requiere un trabajo y un lugar digno donde pueda vivir y poder educar sus necesidades a través de la cultura y las artes. Así seríamos mucho más justos y más libres».

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