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Alfonso Guerra: «Garzón sabe que digo la verdad y que me he quedado corto»

Se publica el tercer y polémico tomo de las memorias del exvicepresidente del Gobierno, «Una página difícil de arrancar»

Alfonso Guerra: «Garzón sabe que digo la verdad y que me he quedado corto» josé ramón ladra

anna grau

Menudo revuelo se ha organizado con la aparición del tercer tomo de las memorias de Alfonso Guerra recién publicado por Planeta ( Una página difícil de arrancar ). El que ahí se presenta como un «socialista sin fisuras» -aunque matiza que ponerlo en el subtítulo del libro fue cosa del editor, no suya- ha galvanizado una vez más los tendidos políticos del país, sobre todo los de su partido. Ya no salen toros así de Ferraz.

-Usted afirma que Baltasar Garzón llegó a exigir un sueldo del PSOE y que además lo exigía en negro. Garzón le acusa de tener «diarrea mental».

-El juez sabe (insiste Guerra en esta cursiva) que digo la verdad, y sabe (también insiste en esta) que me he quedado corto.

-A lo largo de sus memorias se percibe una toma de conciencia paralela de sus primeros achaques físicos y de los últimos achaques del socialismo. ¿Qué fue peor, tener un cáncer de próstata o recibir una carta de Régis Debray constatando el magno trecho del dicho al hecho en la izquierda de hoy?

-Esa carta es tremenda, replanteaba muchas cosas. Aún así, tiras p´alante, como tiré p´alante con el cáncer. Y aquí sigo.

-¿Pero sigue usted siendo del PSOE por terquedad, por no querer bajarse del burro de toda una vida, o porque realmente aún se lo cree?

-Sí, sí…

-Es que no da esa impresión.

-¿No?

-A veces parece que esté usted haciendo un ejercicio de voluntarismo, de no querer ver lo que no quiere ver…

-No, no, no, ponerme una venda delante de los ojos no, yo huyo de eso. Voy en muchas cosas contra corriente, pero no las oculto. Yo creo que el mundo vive en un desorden organizado para el mantenimiento de los privilegios de un sector muy pequeño de la población. Creo luchar contra eso. Creo que quien mejor representa esa lucha en España es el PSOE.

-¿Aunque esté hecho un desastre?

-Este partido estaba hecho de verdad un desastre en los años 30 y 40, con miles de socialistas condenados a muerte y en las cárceles, en el exilio, en los campos de concentración. Eso sí era terrible. Ahora hay algunas cosas mal entendidas, cosas que no se han hecho bien, se han perdido unas elecciones… pero este partido tiene vida, y va a tener vida, más que esa derecha que tiene delante, ¿cuándo se fundó, en 1989? Se refundó, claro, se refundan cada quince años, ¿para qué?, para que los bancos les borren la deuda.

-Usted defiende sin complejos una idea integral de España, eso dentro de su partido levanta ciertas ampollas, ¿cómo lo lleva?

-Será cómo lo llevan ellos… yo, estupendamente.

-Por usted, ¿como si el PSC se tira por un barranco?

-No entiendo que se puedan lanzar vivas por tal o cual comunidad, y luego no se pueda lanzar un viva España. Pero, ¿esto qué es? ¿Aquí todo el mundo tiene derecho a bandera, himno y día nacional, y España no? Hacen una identificación curiosísima, identifican España con el franquismo, la izquierda de salón le da a Franco justo lo que soñaba.

-¿Le puedo preguntar si, así sea por cinco minutos, ha creído usted jamás en Dios?

-No (con pesadumbre). Cuando yo era pequeño era obligatorio ir a misa. Pasaban lista y el que no iba estaba listo. En el mes de mayo montaban un altar con la Virgen y cada niño tenía que llevar un ramo de flores. Mi familia no tenía dinero para eso, entonces nos íbamos al campo, arrancábamos unas flores y hacíamos un ramo. Cuando pasaba por delante de ese altar, con ese aroma de las flores y de las velas y del incienso, era como el claustro materno, yo sentía… no fe, pero sí una cosa cómoda. Luego durante la misa veía chicos de mi edad que se ponían como en trance y me decía, lo voy a intentar yo, pero no me salía. Ni soy enemigo de la religión, ni soy partidario. No me gusta meterle a nadie mi catecismo en la cabeza, yo soy un relativista…

-Bueno, un relativista muy apasionado…¿tanta pasión puede ser relativa?

-Sí, sí, porque lo que me distingue del apasionado no relativista es que yo no quiero imponer mis ideas a nadie. Que sean libres.

-Vaya, ¿y esa fama que usted tiene de haber sido un sectario tremendo?

-Completamente falso. Yo no trato ni siquiera de convencer con mis argumentos, trato de convencer con mi conducta.

-¿Y la fama de misógino?

-No sé por qué la tengo, la verdad. A mí me parece que yo digo las cosas como son, y cuando hay que estar a favor de la recuperación del papel de la mujer, eso me parece excelente, pero, comisiones de ayatollahs, pues no.

-Denuncia en su libro que Zapatero se construyó una guardia pretoriana de feministas radicales… no muy brillantes.

-No sé si él se la construyó pero la tenía. Él podía hacer o decir lo que quisiera pero salían las mujeres a protegerle en cuanto alguien decía algo crítico. Bueno, no todas las mujeres, algunas, porque ya se ocupaban estas de no dejar entrar a las demás.

-No ha vacilado en criticar que el PSOE legalizara el aborto de menores de edad sin consentimiento paterno.

-Yo tuve una experiencia increíble con esto, hice una especie de encuesta en el grupo parlamentario y nadie estaba de acuerdo, entonces, ¿por qué lo hacemos? Fui a ver a la responsable de igualdad del partido y tampoco estaba de acuerdo, pero qué me dices, ¿y por qué lo hacemos? Pues porque había ese grupo allí que había cogido por banda al presidente.

-Nos queda claro que los mejores ya no van a la política.

-Hoy procuran no ir porque la política está desprestigiada, se persigue con lupa cada cosa que haces. Yo de pequeño tuve una cartilla que se pegaban unos sellitos… al final reuní 12,50 pesetas, céntimos de euro de hoy… Un juez me investigó esa cuenta. ¿Se puede estar en política así? Entonces la gente se va.

-Insiste en que le guarda la amistad a Felipe pero se ven muy poco o nunca. ¿Puede tener algo que ver con que usted a día de hoy figure entre los políticos más austeros de España, mientras él vive a todo lujo y rodeado de millonarios?

-A mí el abrazo del dinero no me va a coger. ¿Para qué quieres tanto, a dónde te lo vas a llevar, si el yate no te cabe en el ataúd?

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