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Vázquez Consuegra gana el concurso para la rehabilitación del Museo Arqueológico

ANDRÉS GONZÁLEZ-BARBA

SEVILLA. Poco tiempo después de conocerse que Guillermo Vázquez Consuegra hará el proyecto del Caixa Forum en las Reales Atarazanas, ayer se supo que el arquitecto sevillano ha ganado también el concurso para la rehabilitación integral del Museo Arqueológico de Sevilla, a cuyo fin el Ministerio de Cultura destinará un presupuesto total de 33.461.375 euros.

Según se indicaba en el Boletín Oficial del Estado del pasado 27 de julio, cuando se licitó el concurso para la rehabilitación del Museo Arqueológico, se estimó para el plazo de ejecución y entrega del proyecto un total de 42 meses, con arreglo al siguiente desglose: para la redacción del proyecto básico y elaboración de infografías: 2 meses; para la redacción del proyecto de ejecución, elaboración de maqueta, proyecto expositivo y proyecto de actividad: 4 meses; para la dirección de las obras, del proyecto expositivo y coordinación de seguridad y salud el plazo estimado en principio es de 36 meses. Con todo ello, la rehabilitación íntegra del Arqueológico no acabaría como mínimo hasta mediados del año 2013.

En la memoria del proyecto de Vázquez Consuegra se dice que «este imprescindible y largamente esperado proyecto de intervención en el Museo Arqueológico de Sevilla supone la oportunidad de poder mostrar satisfactoria y adecuadamente su espléndida colección, pero sobre todo de consolidar, restaurar y eliminar añadidos indeseados, abrir el edificio al bellísimo entorno del Parque de María Luisa y resolver finalmente los problemas funcionales que nunca fueron debidamente resueltos».

«La operación principal del proyecto se desarrolla sobre su eje central. Una intervención que trataría de rescatar el espacio del óvalo central como vestíbulo principal del Museo, añadiendo, ya fuera del edificio, un nuevo sistema de comunicación vertical, ligero y acristalado, entre los tres niveles del mismo. Intervenir en el eje central, tanto en horizontal como en vertical, cobra un significado profundo al formar parte del proceso histórico que ha dado como resultado, en esta superposición de estratos, «los más hermosos edificios de la historia de la arquitectura. En los niveles correspondientes a las plantas baja y alta, las operaciones más significativas afectan a la sustitución de los forjados por otros acordes a los nuevos requerimientos. A destacar los correspondientes a la planta alta donde las grandes luces se cubren con vigas de cuelgue que dibujan relieves y texturas que al tiempo que resuelven problemas técnicos de iluminación y climatización cualifican y enriquecen el espacio interior».

Según esta memoria, «todas las logias que recorren el edificio en sus cuatro fachadas, algunas de ellas (las cuatro de la fachada trasera), cegadas con cerramientos opacos, se abrirán al paisaje circundante, si bien protegidas por cerramientos de vidrio transparente, dotados con sistemas de atenuación y control de la luz natural. Ello permitirá una relación fluida entre interior y exterior en un museo que, por las características de su colección permanente, así parece aconsejarlo».

«Se ofrecerán las piezas tal cual, sin efectos especiales, con una luz bien programada, ajustada a la carga literaria que se diseñe en la narración del plan museológico».

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