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Tradición

La devoción por la Virgen de Valme: desde Dos Hermanas a Brasil y EE.UU.

Mercedes y Alicia son dos voluntarias que cada día abren el quiosco con artículos y recuerdos de la Protectora nazarena

La devoción por la Virgen de Valme: desde Dos Hermanas a Brasil y EE.UU. l. m.

L.M.

Mercedes y Alicia Cardona son dos hermanas que desde hace prácticamente una década llevan atendiendo al público detrás del mostrador del quiosco, ubicado junto a la parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, donde se venden infinidad de artículos con la imagen de la Virgen de Valme. Ambas mujeres pertenecen a la Hermandad de Valme desde que nacieron y su devoción y amor por la Protectora de la ciudad nazarena les hace cada año, desde septiembre hasta el día previo a la Romería de octubre, permanecer por turnos en este lugar llevando los recuerdos de la Virgen a todos los nazarenos y visitantes.

«Estamos aquí por amor a ella y queremos echar una mano para que esto siga adelante», explica Mercedes. Permanecen cubriendo el quiosco por turnos, junto a otras tantas mujeres, devotas de la Virgen, entre ellas, su madre Encarna y su hermana Paqui, que también colaboran para que el quiosco esté siempre abierto, de lunes a domingo, de 9.30 a 13.30 horas, por la mañana, y de 19.00 a 21.30, por la tarde.

En el interior de este pequeño habitáculo, las historias, las vivencias y los recuerdos se suceden entre pulseras con el nombre de la Hermandad de Valme de Dos Hermanas, estampas de la Virgen o fieles reproducciones de la Imagen a pequeño tamaño. Mercedes y Alicia se conocen cada uno de los artículos que las rodean, sus precios, sus características y sus novedades tras años desarrollando esta labor en el centro de la ciudad nazarena. Muchos de los ciudadanos que pasan por el quiosco las saludan, otros paran a preguntar los precios de las medallas y hay, incluso, quien llega para comprar un detalle de la Virgen a un recién nacido.

Y tampoco hay edades fijas. La devoción hacia Valme no entiende de estatura ni madurez, ni siquiera de cercanía. Desde el quiosco se han llevado carteles de la Virgen a Estados Unidos o Brasil, demandados por fieles que cruzaron en su día el Atlántico, y se han vendido recuerdos para nazarenos que emigraron hace años a Barcelona y que querían, además, que sus vecinos y amigos catalanes conocieran a la Protectora. «Han venido pidiendo artículos con la imagen de Valme para llevarlos a Roma», asegura Alicia.

Artículos de Valme

En el quiosco, cada año llegan artículos nuevos que complementan a los habituales Rosarios, medallas y estampas de la Virgen, como pendrives con la imagen de Valme, pulseras, sacapuntas, libretas, almanaques, monederos o cuelga abanicos. Todo con precios que van desde el euro hasta los 160, que cuesta la figura de la reproducción limitada de la Protectora.

Pese a que ninguna de estas mujeres deja de atender a los devotos que se acercan hasta el quiosco, los días más importantes de ventas será la semana previa a la Romería, cuando se celebre el Quinario, el Pregón y el Besamanos de la Virgen. Será entonces, precisamente, cuando Dos Hermanas viva una de sus semanas más importantes de todo el año, donde miles de nazarenos se acerarán hasta las inmediaciones de la parroquia de Santa María Magdalena para contemplar a la Virgen antes de salir hacia Cuarto.

Devoción a Valme

Mercedes y Alicia son dos de las protagonistas y testigos, a la vez, de esta devoción que se vive en Dos Hermanas. «No concibo la vida sin ella» -reconoce Alicia emocionada- «tanto para mí como para mi familia es muy importante». A lo largo de todos estos años han vivido la Romería en todas sus vertientes; andando, a caballo o en carreta, aunque ambas se quedan con el camino a pie, y de regreso, «cuando cae la noche y se iluminan las carretas y ves la cara de  la Virgen con esa luz… dicen que es la única Virgen a la que le cambia la cara, y es verdad», recuerda Alicia.

«Es herencia, devoción y costumbre», responde por su parte Mercedes cuando se le pregunta por el arraigo de esta Imagen con el pueblo de Dos Hermanas. Una devoción que traspasa, a veces, fronteras. «Tengo amigos que han venido de fuera a ver la Romería y al ver a la Virgen se le han saltado las lágrimas», asegura orgullosa Mercedes que destaca, además, la importancia que tiene la fiesta religiosa, declarada de Interés Turístico Nacional, y que a veces –explica- «no se le da la importancia que tiene en los medios de comunicación».

Lo que sí está claro es que el quiosco, con sus mujeres de Valme, seguirá abierto hasta el día antes de la Romería para adquirir artículos de la Protectora de toda clase. Aún así, siempre habrá, pese al paso de los años, algún que otro despistado que llegue al mostrador preguntando por estampas de la Virgen del Carmen o del Rocío, «incluso de Fray Leopoldo nos han pedido cosas», apuntan las dos hermanas. 

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