«La botellona no nos dejaba salir con el cadáver de mi padre y tuvimos que llamar a la Policía, pero no la disolvieron»

Como es natural, nunca se olvida la muerte de un padre. Pero si a esta desgracia le unimos las circunstancia que rodearon a la familia Núñez Alcón cuando tuvo que ir a recoger su cadáver a la residencia de ancianos en que se encontraba, el sufrimiento ya no tiene nombre.

En la madrugada del pasado domingo una botellona compuesta por unos doscientos jóvenes colapsó el acceso al centro San Ramón, de la Diputación de Sevilla , sito en la carretera de Miraflores y por ese ambiente de «agesividad, insultos y hasta patadas a los coches del Ocaso y de Servisa» tuvieron que pasar los familiares de este anciano fallecido.

Tan tenso era el ambiente que tuvieron que llamar a la Policía para que los escoltara a la salida del centro una vez recogido el cadáver.

Así, la comitiva funébre compuesta por seis coches salió del lugar camino del tanatorio con la protección de la Policía«mientras que la botellona se quedaba allí como si nada», dice la familia la cual ha tenido conocimiento de que esa misma noche, sobre las seis y media al repartidor del pan del asilo le dieron una paliza y tuvo que ser ingresado.

Pero a la Policía Nacional, que ha confirmado cómo tuvo que acudir al auxilio de esta familia, no le consta tal agresión ni denuncia alguna aunque, ciertamente, puede ponerla en cualquier momento.

También dicen las fuentes policiales que «disolver a la botellona no es lo más inteligente» y que debido a la cantidad de personas que había allí bebiendo y a los pocos efectivos se dedicaron toda la noche a patrullar por la zona e identificar a algunos jóvenes de la botellona «por si procedía alguna sanción administrativa o lo que correspondiese»