Seis palacios en la vida de la duquesa de Medinaceli
De Madrid a Sevilla pasando por Úbeda o Pontevedra, la biografía de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba es un repaso a la historia de España
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123456Palacio de los Medinaceli, Madrid
Doña Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, hija de don Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert, XVII Duque de Medinaceli y de doña Ana María Fernández de Henestrosa, nació en el palacio familiar de la plaza de Colón, el 16 de abril de 1917. Este edificio se construyó entre 1866 y 1870 y pasó por varias casas nobiliarias antes de comprarlo una antepasada de doña Victoria Eugenia. Diseño del arquitecto puertorriqueño Mariano Andrés Avenoza, salió ardiendo en 1917, aunque fue reconstruido. A lo que no sobrevivió fue a la piqueta, que acabó con el palacio en 1964. En su lugar se levanta hoy un complejo de oficinas.
Palacio Real, Madrid
Heredera de una de las casas más importantes de España, fue solemnemente bautizada en la Cámara Regia del Palacio Real. Sus padrinos, el Rey don Alfonso XIII y la reina, doña Victoria Eugenia, a la que debe su nombre. Profundamente monárquicos, los Medinaceli siguieron al Rey al exilio con la proclamación de la República en 1931. De hecho, Victoria Eugenia -con su abuela, su madre y su hermana- viajaba en el mismo tren que la Reina hacia Francia y su padre, el duque de Medinaceli, acompañaba al Rey a través del puerto de Cartagena para marchar al extranjero.
Casa Pilatos, Sevilla
Cuando regresa a España con sus padres, ya en 1937, se instala en la ciudad de Sevilla, que sería desde entonces su residencia principal. Casada con don Rafael de Medina y Vilallonga, fija su casa en el Palacio de los Adelantados Mayores de Andalucía, es decir, la Casa Pilatos. No solo vivió en este palacio, sino que además lo restauró y abrió a los sevillanos. Además, acondicionó un ala entera del palacio para crear y dotar un colegio que diera acceso a la educación a los niños más desfavorecidos del barrio de San Esteban, institución que funcionó gracias a su patronazgo entre 1969 y 1978
Sacra Capilla del Salvador, Úbeda
La duquesa de Medinaceli no solo restauró palacios o dedicó a su vida a las obras sociales. De gran importancia es también su intervención para restaurar otra de las propiedades de su Casa, la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda. Junto a su esposo dispuso la restauración del conjunto en los años 50, puesto que el edificio había quedado muy dañado durante la Guerra Civil. Se restituyó íntegramente el Altar Mayor, obra de Berruguete.
Pazo de Oca, Pontevedra
Conocido como el Versalles gallego, este palacio se abrió al público por expreso deseo de la duquesa de Medinaceli. Sus jardines y edificios -barrocos, del siglo XVIII aunque la historia del pazo se remonte varios siglos atrás-, fueron el escenario de muchos veranos de doña Victoria Eugenia y su familia, que pasaban aquí temporadas.
Hospital de San Juan Bautista, Toledo
De Madrid a Sevilla para acabar en Toledo. Los restos de la duquesa de Medinaceli descansarán en el panteón familiar de este impresionante palacio castellano, el hospital de San Juan Bautista, conocido como Hospital Tavera por ser este cardenal quien ordenó su construcción.